El riesgo de país cae a mínimos de 2024, pero esto es causado por un efecto regional
miércoles, 10 de septiembre de 2025
Los credit default swaps, CDS, a cinco años de Colombia retrocedieron a niveles de 2024; mientras que el Embi de Colombia cayó a 2,66, el nivel más bajo registrado desde 2021
El riesgo país doméstico ha venido cayendo en los últimos meses, alcanzando en septiembre los niveles más bajos desde finales de 2024. De acuerdo con datos de Bloomberg y JP Morgan, el spread del Embi Colombia y los Credit Default Swaps, CDS, a cinco años se han ubicado en valores mínimos recientes, lo que a primera vista podría interpretarse como una señal de confianza resiliente en la economía nacional. Sin embargo, analistas advierten que la caída responde principalmente a un fenómeno regional y global, más que a factores internos de la salud financiera de Colombia.
El Embi, Emerging Markets Bond Index, mide la prima que pagan los países por endeudarse frente a los bonos de Estados Unidos, mientras que los CDS funcionan como un seguro contra impago de la deuda. En ambos indicadores, la tendencia ha sido de descenso generalizado en América Latina desde mediados de 2024, en línea con una mayor disposición de los inversionistas internacionales a asumir riesgo en los mercados emergentes.
“Sí es verdad que el riesgo de Colombia ha estado bajando y que ya recuperó los niveles del último año y medio. Pero hay que entender que se trata de un movimiento global: todos los países latinoamericanos están reduciendo riesgos y recuperando mínimos de 2024”, explicó Felipe Campos, gerente de Inversión y Estrategia de Alianza Valores y Fiduciaria.
Según Campos, el comportamiento reciente no debe interpretarse como un síntoma de mejoría particular en Colombia, sino como el reflejo de un ajuste en la percepción global del riesgo. “Lo que significa es que Colombia sigue castigada frente a la región latinoamericana exactamente igual que se la ha castigado desde finales de 2022. Ese perfil de riesgo que adquirimos tras perder el grado de inversión y después de las elecciones no ha cambiado. Entonces el movimiento ha sido generalizado”, aseguró.
El contexto internacional ha jugado un papel determinante. La menor aversión al riesgo global se ha reflejado en la fortaleza de los mercados de acciones en Estados Unidos, donde el índice S&P 500 ha marcado nuevos máximos históricos.
Ese apetito por riesgo, especialmente en los últimos cinco meses, ha impulsado flujos hacia mercados emergentes y ha favorecido la reducción de los spreads de deuda. En términos coloquiales, la mejora no se debe tanto a una corrección de los fundamentos domésticos, sino a la dinámica de liquidez internacional de los mercados.
De hecho, aunque en la comparación con Estados Unidos los spreads muestran que Colombia se encuentra en mejores niveles que hace cuatro años, el trasfondo es distinto: es el propio riesgo fiscal estadounidense el que se ha deteriorado, lo que hace que la brecha se vea más favorable para América Latina en conjunto. “No es Colombia el que ha recortado espacio con Estados Unidos, es Latinoamérica que ha recortado espacio con Estados Unidos por el deterioro fiscal de los gringos”, puntualizó Campos.
El balance, entonces, es que Colombia ha acompañado la tendencia de la región, pero continúa rezagada frente a sus pares. “Es difícil resaltar que haya algún movimiento interno que esté reduciendo el riesgo país colombiano mejor que el de la región. La respuesta es no. Colombia ha sido el país más castigado en los últimos tres años, mientras que la región en conjunto ha logrado acercarse más a Estados Unidos en términos de riesgo”, concluyó Campos.
El analista aseguró que la reducción de los indicadores de riesgo país debe leerse con cautela. Aunque el escenario actual muestre mínimos recientes en el Embi y los CDS, la realidad estructural de Colombia, marcada por la pérdida del grado de inversión y la desconfianza, y la incertidumbre política- mantiene al país “vulnerable”.