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Este es el panorama de la banca colombiana y los retos del sistema que ve Fitch Ratings

Gráfico LR.

La calificadora entregó una radiografía de los bancos comerciales, asegurando que su recuperación gradual se podrá ver únicamente hasta el próximo año

Daniella P. Rodríguez

El sistema financiero colombiano atraviesa un momento de contrastes en el radar de Fitch Ratings. Si bien las entidades bancarias mantienen fundamentos de estabilidad, la agencia advierte que su desempeño está fuertemente condicionado por el riesgo soberano, marcado por un déficit fiscal creciente, presiones de gasto y un menor dinamismo económico.

En su más reciente reporte, Fitch recordó que Colombia conserva la calificación BB+ en escala internacional -un peldaño por debajo del grado de inversión-, lo que limita la holgura del país frente a inversionistas globales. Para los bancos, esto se traduce en un entorno más exigente: sus notas individuales tienden a verse influenciadas por la capacidad del Estado de sostener sus compromisos fiscales y mantener reglas claras de gobernanza.

LOS CONTRASTES

  • Andrés MárquezDirector senior para bancos de Latinoamérica de Fitch Ratings

    “Los bancos siguen siendo resilientes, pero siguen muy atados al desempeño soberano. En la medida en que el país logre retomar una senda de consolidación fiscal, los bancos podrán recuperarse”.

  • Irais Pérez Durán Directora senior para la región Andina y Centroamérica de Fitch Ratings

    “El déficit fiscal que se tiene que monitorear está creciendo, eso también implica que la recaudación de impuestos no es suficiente, y lo que está viendo la agencia es un deterioro en el crecimiento”.

La fotografía de las principales entidades revela esa tensión. Bancolombia es el mejor posicionado con BB+, mientras que Davivienda, Scotiabank Colpatria, GNB Sudameris y Banco Agrario se ubican en la franja bb, un nivel que, en la escala de Fitch, refleja vulnerabilidad elevada al riesgo de impago, pese a que en lo operativo estos bancos han mostrado utilidades y adecuados niveles de liquidez.

El análisis de la calificadora también subraya factores positivos: la autonomía del Banco de la República, la flexibilidad cambiaria y la solidez del marco macroeconómico, que brindan cierta estabilidad frente a la volatilidad regional.

Sin embargo, la dependencia de los commodities y la ausencia de una diversificación productiva limitan el margen de crecimiento y presionan la confianza en el mediano plazo.

A nivel regional, Fitch observó un desempeño fiscal mixto en el primer semestre de 2025.

Mientras México sorprendió con una recaudación sólida pese a la desaceleración, Colombia aparece entre los países con mayores presiones, lo que llevó a revisar su perspectiva a negativa. Esta decisión refleja que, aun si los bancos mantienen calificaciones estables en el corto plazo, la trayectoria fiscal del país podría arrastrar a la baja su perfil crediticio.

Según explicó Andrés Márquez, director senior para bancos en Latinoamérica de Fitch Ratings, el reto de los próximos meses será contener el impacto de las condiciones fiscales en la confianza del sector financiero. “El sistema bancario colombiano sigue siendo resiliente, pero está muy atado al desempeño soberano. Lo que estamos viendo es que, en la medida en que el país logre retomar una senda de consolidación fiscal y estabilidad macro, los bancos podrán recuperar gradualmente el terreno perdido”, señaló. Márquez destacó que, a pesar del rezago en algunos indicadores, la industria bancaria ha mostrado capacidad de adaptación desde la pandemia.

“Esperamos que hacia 2026 los principales bancos del país estén nuevamente en los niveles de rentabilidad y capitalización previos al covid. Esto dependerá de la disciplina en materia de política fiscal y de mantener un entorno operativo estable”, apuntó. De acuerdo con Fitch, la recuperación de los bancos no será homogénea: mientras los grandes jugadores con presencia regional cuentan con una mayor diversificación de ingresos, las entidades enfocadas en el mercado local tendrán un camino más lento debido a la sensibilidad frente a la inflación, las tasas de interés y el empleo. Pese a esto, la tendencia general es hacia una mejora paulatina en los próximos dos años. Otro aspecto clave será la evolución del costo de fondeo. Si bien se espera que la política monetaria del Banco de la República continúe reduciendo tasas de interés gradualmente en 2025 y 2026, la transmisión hacia menores costos para la banca podría tardar. Esto implica que los márgenes de intermediación sigan ajustados en el corto plazo, aunque con perspectivas de mejora en la medida en que la inflación se estabilice y el crédito recupere dinamismo.

Por último, el equipo explica que el sistema bancario colombiano se sostiene en fundamentos sólidos pero navega en un entorno frágil, donde la salud fiscal del Estado será determinante para la confianza.

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