Finanzas

Financiar actividades innovadoras

Manuel Cabeza Lambán

A quienes viajamos con cierta frecuencia a Colombia nos pasa lo que a los tíos y abuelos en las familias donde hay niños.

Los padres los ven crecer cada día y apenas son conscientes de los cambios. Quienes no los vemos a diario, exclamamos: ¡Pero cómo han crecido, qué grandes están ya!

Créanme que, de unos años hasta hoy, los viajeros apreciamos mejoras, notables cambios, crecimiento y desarrollo sostenido de un gran país. Con problemas, como es lógico, pero en todas partes los hay. Se aprecia crecimiento a todos los niveles, institucional, social, de infraestructuras, de nivel de vida, de iniciativas de las personas, de las empresas, de todas las agrupaciones particulares que componen la sociedad civil. Siguiendo con el símil de los niños, se diría que todavía le faltan unos años para ser adulto, pero ya se ven las sólidas bases de un crecimiento excelente. Las ciudades se han embellecido, han construido vías para autobuses y bicicletas, bibliotecas, universidades y centros de enseñanza, magníficos centros comerciales, servicios de todo tipo, incluida una notable penetración de las nuevas tecnologías. Las grandes ciudades del interior y de la costa rivalizan en nuevos y lujosos edificios de hoteles y apartamentos y en la mejora y dotación de parques y playas.

Excelente el Parque Nacional de Chicamocha con sus atracciones, sus telecabinas que lo cruzan, sus cable-vuelos. Bien cuidadas y conservadas las ciudades de Barichara, Villa de Leyva, Popayán… y así tantas y tantas iniciativas públicas y privadas que crean riqueza y dan trabajo.

En el ámbito empresarial, las Zonas Francas han desarrollado una magnífica labor. Proexport hace un trabajo de gigante dentro y fuera de Colombia como hemos podido ver al asistir a sus convocatorias a este lado del Atlántico. Y las Escuelas de Negocios y centros empresariales están formando profesionales que, desde hace años, los encuentro en el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y empresas multinacionales de medio mundo...Es el pulso fuerte y potente de un país que, en estos momentos, contrasta con la languidez que vivimos en Europa.

De los miles de iniciativas colombianas a lo largo y ancho del país hoy me fijo en dos: “Manizales Más” y la Alcaldía de Villavicencio.

“Manizales Más” es una iniciativa de un grupo de entusiastas profesionales y empresarios de esa ciudad cafetera, que ha adoptado un lema que bien podría aplicarse al resto de Colombia -tal como lo veo yo desde España- “Cree, Crea, Crece”. Cree en tí mismo, crea valor -imprescindible en nuestra sociedad actual- y crece fuerte en este mundo tan competitivo. Allí todos suman: la Gobernación de Caldas, el Ministerio de Tecnología, las Universidades, la Cámara de Comercio, los Bancos, las empresas.

Su objetivo es contribuir al cambio de la economía regional a través de un número sostenible de empresarios nuevos y muy profesionales a lo largo del tiempo. Para ello organiza reuniones, talleres de sensibilización, programas de mentoría empresarial, entrenamiento para el cambio…todo para mejorar, vender más, crear trabajo y aumentar el nivel de vida de toda la zona. Es un caso de estudio y de éxito en mi Universidad: la iniciativa de la sociedad civil, con el apoyo de las Instituciones, ante los retos que impone la sociedad moderna para superar la dependencia que la región tuvo de un producto básico como el café. Actividad, la de “Manizales Más” que merece todo el apoyo y la financiación que puedan conseguir.

En mis viajes he tenido la oportunidad de visitar algunos de los rellenos sanitarios de importantes ciudades, pero la Alcaldía de Villavicencio ha convertido el relleno sanitario en un parque de plantas, flores, paseos y lagos, modelo nacional de impecable diseño paisajístico, que bien pudiera parecerse al Jardín Botánico de Bogotá “José Celestino Mutis” o a los bien cuidados parterres del Country Club.

Esas y todas las actividades innovadoras merecen financiación y apoyo, hacen grande a la sociedad Colombiana como país y enlazan con lo que dije al principio sobre los niños: como la veo de tanto en tanto, aprecio mejor los grandes e ilusionados esfuerzos de su crecimiento.