Finanzas

Los mercados se enfrentan a la retirada de los estímulos de la Fed

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Los inversores deberían prepararse para una etapa de volatilidad. En las últimas semanas, las acciones, los bonos y las divisas han atravesado una época de turbulencias, sobre todo el martes pasado. El S&P 500 ha caído un 3,8% desde su ultimo máximo mientras que el índice de mercados emergentes MSCI Emerging Markets ha perdido un 8,2% con respecto a su máximo de principios de septiembre. Las rentabilidades del Tesoro a largo plazo de EE.UU. experimentaron un fuerte repunte en la primera mitad de septiembre antes de sufrir una caída estrepitosa. Los mercados europeos también han sufrido fuertes oscilaciones.

Esto podría deberse a los débiles datos económicos, como la fuerte caída del 4% de la producción industrial de Alemania en agosto, o a los sombríos pronósticos como el del FMI, que el martes revisó a la baja las previsiones de crecimiento global. El riesgo geopolítico ha aumentado. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento en EE.UU. parecen optimistas, lo que contrasta con la debilidad de la economía de la UE en su conjunto.

Es probable que los mercados estén sufriendo las consecuencias de la retirada de estímulos. Hasta ahora, la expansión cuantitativa ha actuado como colchón de seguridad para los inversores, amortiguando el impacto de las malas noticias económicas a medida que los inversores se anticipaban a una política monetaria acomodaticia. Incluso cuando la Fed anunció este año una reducción de las compras de bonos, su balance creció en 427.000 millones de dólares, el equivalente al 2,5% del PIB de EE.UU. Ahora los inversores se enfrentan a un periodo en el que no solo no habrá compras de bonos, sino que podría producirse un aumento de tipos en EE.UU.

A pesar de que las malas noticias económicas se perciben como buenas para los mercados, las buenas noticias pueden considerarse negativas a medida que se acerca el aumento de tipos. El comienzo de un nuevo ciclo en este sentido siempre es motivo de volatilidad y este no será ninguna excepción. De hecho, puede empeorar por la preocupación de que los bancos centrales hayan inflado excesivamente los precios de los activos y por la debilidad del crecimiento económico global.

Para el BCE, las compras de bonos son una herramienta de último recurso. Además, incluso si el Banco Central Europeo se planteara comprar bonos públicos de la eurozona, seguramente no tendría el mismo impacto global. Las oscilaciones del dólar y de la rentabilidad de los bonos del Tesoro de EE.UU. se sienten en todo el mundo, pero no ocurre lo mismo con el euro y los rendimientos del Bund alemán.

Para las autoridades, una comunicación transparente en este periodo será fundamental; la Fed pasará de ser una fuente de seguridad a una fuente de incertidumbre. Pero deberían resistir cualquier tentación de apaciguar la volatilidad de los mercados provocada por el giro de los ciclos de tipos en EE.UU. a menos que haya un riesgo real de daño a la economía. Los mercados globales tienen que aprender a sostenerse solos sin el apoyo de las compras de bonos de la Fed. Ese proceso, aunque será difícil, resulta imprescindible.

Lea el artículo original publicado en The Wall Street Journal Markets Face Withdrawal as U.S. Federal Reserve Pulls Stimulants