Finanzas

Procrastinar en finanzas

Manuel García

Procrastinar amplía su alcance, cuando se habla de elaborar planes financieros personales, a encontrar razones que justifiquen los aplazamientos financieros que realizan la mayoría de personas y que los lleva a no lograr alcanzar las metas trazadas, pues siempre se encontrarán excusas que lleven a pensar que están tomando decisiones racionales respecto a su dinero, cuando en verdad lo están gastando basados en sus emociones.

 Un ejemplo: ¿ha entrado a un centro comercial en épocas de descuentos y ha sentido unas ganas enormes de comprar? Si no es su caso, felicitaciones, pero la mayoría de personas tendrán una historia de haber gastado en cosas que no necesitan. Leyó bien, cosas que no necesitan. Si compran ropa en las promociones, encontrarán razones del tipo: “ya la ropa no me sirve”, “no tengo nada que ponerme”, “eso ya está pasado de moda”, y otras tantas. ¿Pero, realmente del ropero que tiene en la casa, nada le sirve y no tiene nada que ponerse?

 Seguramente al encontrar el argumento, usted está justificando el gasto, y por eso no se siente mal de haberlo realizado. Pero si este gasto lleva al aplazamiento de sus objetivos financieros, usted está procrastinando. Es claro que no tenemos que ahorrar todo, pues alguien dirá que “en la vida hay que darse gusto”, y estoy totalmente de acuerdo; pero recuerde que al trazarse planes financieros, si los gastos lo desvían de su objetivo, ahí es cuando debemos prender las alarmas.

 Una máxima de las finanzas personales establece que: Ingresos - Ahorro = Gasto; lo que muestra la potencia de mantener los gastos dentro de un esquema controlable, pues no debemos ahorrar lo que ’nos sobre’, sino que por el contrario, debemos es ‘gastar lo que nos sobre’. Esto marca una diferencia radical, pues para cumplir objetivos financieros se debe ahorrar con juicio, y poner el ahorro como una de las cosas inamovibles nos lleva mucho más rápido a cumplir los objetivos (y de hecho nos lleva efectivamente a cumplir los objetivos).

 Algunas personas no se dan cuenta de que se están desviando de sus objetivos financieros hasta muy tarde,  refiriéndome con tarde a etapas como la jubilación, cuando ya ahorrar es muy difícil. En su vida productiva fueron procrastinando, y aunque parecía que iban cumpliendo metas, realmente estaban tomando el camino equivocado, cubriendo esas metas de mucho más corto plazo, pero sacrificando la meta de largo plazo (compran el carro, pero no ahorran para la vejez). Esto es común, pues siempre existirá la excusa de “dejémoslo para después”, pero ese después se va aplazando y ahí es donde llegado el momento, se encuentran con que no tienen mucho.

 Por eso es importante construir un plan financiero y buscar a alguien que lo ayude a seguirlo y actualizarlo cuando sea necesario. No es que construir el plan sea complicado, pero al hacerlo sin ayuda se corre el riesgo de desviarse del mismo y eso es lo que nos queremos. Especialmente, nuestro asesor financiero será la persona que nos ayude en lograr nuestros objetivos y no procrastinar en el camino.