Finanzas

Que las compras de navidad no le amarguen el Año Nuevo

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Mauricio Flores Marín

Esta semana, con el  bombardeo de promociones que anuncian la llegada de la temporada navideña, el Black Friday y el Ciber Lunes, me trajeron a la memoria recuerdos de cuando apenas iniciaba mi vida profesional y un día, queriendo no ser ajeno al mundo de las compras al que da acceso el tener una tarjeta de crédito, adquirí una.

En aquel tiempo, a uno le tocaba ir a los bancos a que le aprobaran una tarjeta. Para los jóvenes de mi generación, era un verdadero símbolo de estatus. A mis 23 años tuve la primera tarjeta de crédito con un cupo muy bajo, pero antes de los 25 años, gracias a mi buen comportamiento, cargaba en mi billetera tres tarjetas con buenos cupos.

Este supuesto alto poder adquisitivo al que pude acceder por las tarjetas de crédito me llevó, poco a poco, a llevar un nivel de vida que claramente no estaba acorde con mis ingresos. 

Pese a lo bien que suena, lo cierto es que pasados unos meses comencé a padecer y a darme cuenta que los lujos que me estaba dando estaban llevando mi vida y mis finanzas al desastre. Mi sueldo se iba prácticamente todo en pagar las cuentas de las tarjetas de crédito, mis días comenzaron a hacerse angustiosos.

Un día hice un alto en el camino y reflexioné. Si seguía con ese nivel de gastos, terminaría mal. De hecho, ya lo estaba, si el sueldo que llega solo alcanza para pagar las tarjetas de crédito, y  queda poco para los demás gastos, es una muy mala señal.

De esto hace ya por lo menos 20 años, mucho ha cambiado desde entonces. Recompuse mis gastos y ahora hago un uso moderado de las tarjetas de crédito, las utilizo básicamente para adquirir bienes de media o larga duración. Este tipo de bienes durables es correcto comprarlos con tarjeta y además es muy útil la financiación a mediano plazo.  

Por otro lado, me ha resultado muy útil usar la tarjeta para pagar todas mis compras y las difiero a un mes para tener acceso a los beneficios de mi banco.

Tengo que confesar que aún, de vez en cuando, hago uso de las promociones, pero con sensatez, sin dejarme llevar por la locura de las compras.

Al margen de mi experiencia personal, que puede ser la de muchos que se dejan seducir por la avalancha de descuentos o el placer que produce recorrer un centro comercial, lo cierto es que hoy tenemos a la mano herramientas como la educación financiera que nos enseñan la mejor forma de hacer uso de estos medios de pago.

Y es que sin duda, las tarjetas de crédito son un excelente salvavidas y una muy buena opción de financiación con un adecuado manejo, pues además de ofrecer  dinero las 24 horas del día, otorgan beneficios adicionales como la posibilidad de realizar compras por internet.

En un mundo digital como el actual, el uso de la tarjeta de crédito es casi que obligatorio, pues dan la posibilidad de comprar en cualquier parte del mundo y a cualquier hora.

Comienza la maratón de compras de Navidad, la época de mayor gasto del año, y para que esta época no le deje una resaca que se alargue más de lo debido, les dejo algunos tips:

- Haga una lista de los gastos en los que deberá incurrir en esta temporada: regalos, eventos sociales, vacaciones, etc.

- Tenga en cuenta sus ingresos y planifique tanto las compras como los gastos. Así evitará gastar más de la cuenta.

-   Restrinja el uso de los avances, úselos solo cuando sea estrictamente necesario.

- Al momento de sacar la tarjeta de crédito, tenga muy claro su capacidad de pago y para qué compras hará uso de ella.

- Por último, no olvide que las tarjetas de crédito pagan intereses cuando se financian a más de dos cuotas, así que haga también cuentas de los intereses.