Finanzas

Yo soy el director financiero de mis finanzas, ¿quién es el suyo?

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Pablo Moreno

Las decisiones financieras deben tomarse con la misma rigurosidad que empleamos en nuestros otros cargos u oficios, al fin y al cabo, no existen muchas diferencias entre las finanzas personales y las finanzas de las empresas, en ambas se comparten los mismos principios: planeación, costo de oportunidad, pensamiento a largo plazo. 

En una ocasión fui invitado a un programa radial. Un oyente escribió en la red social del programa “maestros de ciencia ficción”, y aparte de lo divertido que sonó, fue bastante sensato el comentario, pues parece ser una situación normal que todos estemos “colgados” en nuestras obligaciones financieras. Pero veíamos en el mismo espacio radial que el mensajero de la emisora daba ejemplo a varios personajes de la farándula que pasan por esa estación haciendo alarde de sus recursos, pero desesperados en la gran mayoría por sus deudas y dificultades en mantener unos estilos de vida que sí parecen ser de ciencia ficción. El mensajero, por su parte, con sus ingresos modestos y pequeños proyectos emprendedores, vive feliz y orgulloso de sus grandes logros económicos.

A decir verdad, siempre tendremos excusas para justificar que unos manejen sus finanzas mejor que otros: el niño que logra ahorrar es por los altos ingresos de sus padres, el universitario al que le rinden sus diarios es porque no sale a rumbear todos los fines de semana, el soltero sin problemas financieros lo logra por eso, por ser soltero; el recién casado sobrevive financieramente porque no tiene hijos, lo mismo pasa con el que sólo tiene uno, tenga más y verá… Pero entonces, ¿qué diremos de las familias numerosas que igualmente dan ejemplo?

 Las finanzas personales deben analizarse con todas sus variables: ingresos, gastos, ahorros, préstamos e inversiones, y así como las empresas proyectan sus estados financieros a partir de sus ventas, las personas podemos planificar nuestras finanzas a partir de nuestros ingresos.  

¿Ciencia ficción? Más bien, sentido común, en el que la elaboración de un presupuesto, ya sea por escrito, o en la mente, de las entradas y salidas tanto a corto, como mediano y largo plazo, constituye la mejor herramienta para gestionar eficientemente nuestras finanzas.  

 El ahorro forzoso, a través de mecanismos como los aportes a los fondos de pensiones, es la manera de tomar consciencia sobre el futuro y de asegurar un ingreso mínimo al momento de la edad de retiro laboral. Las pensiones nos ayudan a mantener un ahorro fijo y controlado.

 Con un ahorro permanente, el siguiente paso es alcanzar una meta de generación de excedentes. En este estadio, las preguntas a plantearnos son el plazo y nivel de riesgo que estamos dispuestos a tolerar. El mercado bursátil, por ejemplo, es una atractiva opción que los colombianos no hemos mirado lo suficiente.

 ¿Y las deudas? Son necesarias, considerando que nos permiten gozar de activos que, si bien aún no tenemos 100% de su valor, con una correcta administración pagaremos poco a poco, así como en las empresas los activos son el resultado de sumar las deudas con terceros (pasivos) con las deudas con los propietarios (capital).

 No es malo entonces endeudarse, pero sí es nefasto sobre endeudarse, pedir préstamos para pagar otros préstamos, pagar los gastos de un mes con varias cuotas de la tarjeta de crédito, pedir prestado por fines carentes de importancia y hacerlo por el afán de presumir de un nivel económico superior al que tenemos.