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Amenazas del ejército aumentan la tensión en Egipto

Reuters

El presidente Mohamed Mursi rechazó ayer un ultimátum del Ejército para forzar una resolución de la crisis política, mientras el partido gobernante Hermanos Musulmanes buscaba convocar a sus partidarios a defender al presidente.

Pero el líder islamista pareció cada vez más aislado, tras la renuncia de ministros, la oposición liberal negándose a conversar con él y las fuerzas armadas, respaldadas por millones de manifestantes en la calle, dándole hasta el miércoles para que llegue a un acuerdo para compartir el poder.

En un desafiante comunicado difundido en la madrugada, la oficina de Mursi dijo que el presidente no había sido consultado antes de que el jefe de las fuerzas armadas fijara un plazo de 48 horas para un acuerdo sobre cómo compartirá el poder y agregó que continuaría con sus planes para la reconciliación nacional.

Periódicos de todo el espectro político vieron el ultimátum del Ejército como un punto de inflexión.

“Últimas 48 horas de gobierno de los Hermanos Musulmanes”, publicó el diario opositor El Watan. “Egipto espera al Ejército”, dijo el estatal El Akhbar.

La oficina presidencial informó que Mursi estaba reunido con el jefe de las fuerzas armadas, el general Abdel Fateh al-Sisi, y el primer ministro, Hisham Kandil, por segundo día consecutivo.

La confrontación ha dejado a la nación árabe más poblada del mundo más cerca del precipicio en medio de una crisis económica y dos años después del derrocamiento de Hosni Mubarak, generando preocupación en Washington, Europa y su vecino Israel.

Fuentes militares dijeron que las tropas estaban preparándose para desplegarse en las calles de El Cairo y otras ciudades, en caso de que fuese necesario prevenir enfrentamientos entre facciones políticas rivales.