Globoeconomía

Apoyo de países, barrera para aplicar la Carta Democrática en Venezuela

Gabriel Forero Oliveros

Con base en esa idea, Almagro decidió activar la Carta Democrática Interamericana para Venezuela, porque considera que el Gobierno chavista está al borde de la ilegitimidad. No obstante, y pese a este movimiento el gran obstáculo para que puedan tomarse acciones está en los mismos países vecinos.

El Secretario General, decidió activar el mecanismo creado en 2001 porque según él hay una violación que afecta al “orden democrático de Venezuela” debido a tres principales problemas como son: el bloqueo a la Asamblea Nacional, el obstáculo al referendo revocatorio y también, la situación de los presos políticos. 

Precisamente estos puntos son los que insta a corregir y garantizar Almagro a partir de un informe de 132 páginas que hizo y remitió al Presidente del Consejo Permanente de la entidad, Juan José Arcuri, para que se reúna entre el 1o y 20 de junio y decida si se adoptará o no.

Para tomar alguna medida, como por ejemplo suspender a Venezuela del organismo, 18 de 34 miembros deberán votar a favor de que la Asamblea General se reúna extraordinariamente y adopte decisiones para promover la normalización institucional. Si este grupo encuentra que se rompió el orden democrático sí podrá tomar acciones como la sanción, pero se necesitará el mismo número de votos.

Luis Ángel Madrid, internacionalista de la Universidad Sergio Arboleda, dijo que conseguir este número a favor será muy difícil porque pocos gobiernos de la región han decidido involucrarse en la situación interna de Venezuela. 

La canciller de Colombia, María Ángela Holguín, dijo que “hemos hecho énfasis en que sean los venezolanos, quienes encuentren sus propias soluciones”, sin embargo, añadió que cada país deberá estudiar la situación política de Venezuela y eso se debatirá en la OEA.

Mauricio Jaramillo, politólogo de la Universidad del Rosario, señaló que el Secretario General no es suficientemente autónomo y al necesitar el voto de los países, lo que empezará a darse es un debate sobre por qué involucrarse en Venezuela y por qué no hacerlo en el caso de Brasil, con el juicio de Dilma Rousseff.