Argentina

Argentina rompió el pronóstico de inflación de la Ocde durante el 2022

Reuters
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Cómo se baja la inflación según el FMI, que aplica la recomendación para Argentina

Cronista - Buenos Aires

La Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) actualizó sus pronósticos de inflación y crecimiento y desafió las expectativas de Sergio Massa de bajar el IPC al 60% el año próximo. Si bien el club de países desarrollados era una desaceleración global de la inflación, para la Argentina estimó un 83% para el año que viene y recién en 2024 una mejor performance.

El 2022 cerraría según las cifras de Ocde en un 92% de inflación, cuando los pronósticos locales ya señalan que se llegaría a una medición de tres dígitos con el 100% de suba en el IPC.

El ministro de Economía detalló este fin de semana que espera llegar a una inflación del 3% mensual hacia marzo, y aseguró que se consolidó un nivel de suba de precios en torno al 6% este bimestre. El Gobierno espera una inflación alrededor de 5% para los últimos meses del año, para seguir hacia el 4% entre enero y febrero y llegar así a "que el número empiece con 3%" mensual hacia abril.

La baja esperada es "de un punto cada 60/75 días", según indicó Massa, que apuesta a seguir con la senda de baja del déficit fiscal para lograr el descenso de los precios, en línea con la receta del FMI, dio a conocer cómo pueden los países bajar la inflación.

En términos de crecimiento, en tanto, la Ocde mejoró levemente las proyecciones para la Argentina, con 4,4% para este año y una décima más para el 2023: del 0,4% previsto en su medición anterior avanzó a 0,5%. Lo que prácticamente implica un estancamiento estará explicado por la desacelaración que ya se puso en marcha en el final del año.

La receta del FMI contra la inflación

De acuerdo con el Fondo Monetario los gobiernos deben continuar dando prioridad a ayudar a los más vulnerables a hacer frente a las crecientes facturas de alimentos y energía y cubrir otros costos, pero "también deben evitar aumentar la demanda agregada que corre el riesgo de aumentar la inflación", una recomendación que está en línea con el plan para Argentina de enfriar la economía para cortar la inercia en precios.

"En muchas economías avanzadas y emergentes, la restricción fiscal puede reducir la inflación y al mismo tiempo reducir la deuda", enfatiza el FMI que pone el foco en esa alternativa sobre la estrategia monetaria.

"Si bien la política monetaria tiene las herramientas para controlar la inflación, la política fiscal puede poner a la economía sobre una base más sólida a largo plazo a través de la inversión en infraestructura, atención médica y educación; distribución justa de ingresos y oportunidades a través de un sistema equitativo de impuestos y transferencias; y provisión de servicios públicos básicos", detalla la última publicación en el blog del FMI.

"El balance fiscal general, sin embargo, afecta la demanda de bienes y servicios, y las presiones inflacionarias", reconocen los autores Tobias Adrian y Vitor Gaspar.

La baja del déficit "enfría la demanda agregada y la inflación, por lo que el banco central no necesita subir tanto las tasas. Además, con las condiciones financieras mundiales que restringen los presupuestos y los índices de deuda pública por encima de los niveles previos a la pandemia, la reducción de los déficits también aborda las vulnerabilidades de la deuda", remarcan los economistas.

La receta coincide con lo que planteaba el staff report de la última revisión para Argentina, donde el FMI apuntó a moderar la demanda doméstica y la demanda de dinero para que el ritmo de inflación baje del 6 a 7% mensual actual a cerca de la mitad en doce meses, una meta que ahora Massa busca acelerar para abril.

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