Argentina se enfrenta a la escasez de calefacción ante el invierno más frío desde 1980
miércoles, 29 de mayo de 2024
Las importaciones adicionales son un quebradero de cabeza para el Gobierno del Presidente Javier Milei, que necesita acumular reservas de dólares mediante superávits comerciales
Bloomberg
Argentina se apresura a asegurarse el suministro de combustible a medida que el invierno arrecia en el hemisferio sur, con temperaturas más bajas de lo previsto que disparan la demanda de calefacción doméstica.
Las importaciones adicionales son un quebradero de cabeza para el Gobierno del Presidente Javier Milei, que necesita acumular reservas de dólares mediante superávits comerciales -no perderlos- para poder levantar los controles de divisas que han estado estrangulando la economía.
El portavoz de Milei dijo que la demanda de gas natural por parte de los consumidores se ha disparado un 55% en las últimas semanas, hasta casi 70 millones de metros cúbicos al día. "Estamos haciendo todos los esfuerzos para evitar" una escasez de calefacción, dijo Manuel Adorni a los periodistas el miércoles en una rueda de prensa diaria. "Es el invierno más duro de los últimos 44 años".
En los últimos días, las familias del área metropolitana de Buenos Aires, donde vive aproximadamente un tercio de los 46 millones de argentinos, han encendido la calefacción durante más tiempo, lo que ha pillado desprevenido al Gobierno. Se ha visto obligado a comprar más gas natural y a dar prioridad a los usuarios residenciales cortando el suministro a las fábricas y a los conductores que utilizan gas comprimido en sus coches.
Además de las compras de gas natural licuado -incluido un raro cargamento al contado para entrega inmediata, por el que pagó precios superiores a los del mercado-, el Gobierno también tiene previsto importar otros combustibles para abastecer a centrales eléctricas que normalmente funcionan con gas natural.
La situación es un golpe de realidad para Argentina, que posee vastas reservas de gas en la zona de esquisto de Vaca Muerta y aspira a convertirse en exportador neto. Pero el país necesita ampliar su capacidad de transporte para aumentar la producción.
Aunque el año pasado se incorporó a la red un nuevo gasoducto de esquisto, la construcción de estaciones de compresión que duplicarían su capacidad está retrasada.