Hacienda

Argentina, Ucrania y Rusia, los más agresivos con su manejo de la política monetaria

RIPE:

Muchas instituciones monetarias en todo el mundo siguieron los pasos de la Fed y del Banco Central Europeo en sus esfuerzos por frenar la inflación global

Juan Pablo Vargas Cuellar

Por la pandemia, el mundo atravesó por situaciones que en un contexto normal parecían imposibles. No solo en cuanto al ámbito de salud pública -por obvio que parezca- sino también en sectores como el económico y el social.

Durante el transcurso de 2020 se convirtió en algo ‘normal’ ver a los presidentes de los bancos centrales hacer conferencias de prensa con frecuencia.

Alrededor del mundo, los bancos comerciales también emprendieron una campaña para aliviar las deudas de sus clientes, quienes se vieron -o verían- afectados por la pérdida de sus trabajos o una disminución de su salario.

Pero quizá lo más llamativo, fueron las ayudas que los gobiernos de países desarrollados le brindaron a sus ciudadanos.

Estados Unidos e Inglaterra, por ejemplo, entregaron auxilios económicos a toda su población. Ambas naciones pusieron en marcha un plan de gasto público extenso y crearon subsidios de desempleo e incentivos económicos que amortiguaran el golpe de la pandemia a la economía.

Los Bancos Centrales, por su lado, también buscaron incentivar el consumo a través de tasas de interés bajas o inexistentes.

LOS CONTRASTES

  • Cathie WoodFundadora y CEO de Inversiones ARK

    “La confianza del consumidor en Estados Unidos se ha desplomado a niveles que no se habían visto desde la crisis financiera mundial de 2008-09”.

  • Robin BrooksEconomista jefe del IIF

    “Se acerca la recesión mundial. La confianza del consumidor europeo ha vuelto a sus mínimos desde inicios de 2020, mientras que el PIB de China caerá en el segundo trimestre”.

Este fue el caso de la Reserva Federal, en Estados Unidos, cuando entre marzo y abril de 2020, momento en que la pandemia estaba iniciando en América, decidió situar sus tasas de interés de referencia en 0%.

Los bancos comerciales respondieron a este incentivo de inmediato y con tasas entre 0,25% y 0,5%, comenzaron a liberar créditos e hipotecas con el fin de no estancar a la primera economía del mundo a través de una mayor liquidez.

Hoy, dos años después de todos estos sucesos financieros, la economía mundial se enfrenta a un panorama totalmente diferente. Con la pandemia casi superada y unos gobiernos más austeros, el reto ahora se convirtió en enfrentar la inflación.

Al respecto, Jerome Powell, presidente de la Fed, no dio espacio para las dudas. La cabeza de la Fed, dijo que “francamente, los eventos de los últimos meses en el mundo hacen más difícil para nosotros lograr lo que queremos hacer: alcanzar una inflación de 2% conservando un sólido mercado laboral”.

Como consecuencia de ‘tirar la casa por la ventana’, como reza el dicho popular, las medidas aumentaron de sobremanera la disponibilidad de efectivo y capacidad de endeudamiento. Este fenómeno, en teoría -hoy comprobada- económica, conlleva a una inflación prolongada.

En un proceso que se conoce como contraciclo económico, ahora los bancos centrales como la Fed, el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de la República, están haciendo todo lo contrario. En lo que va de 2022, todas estas autoridades monetarias han aumentado sus tasas de interés con el fin de controlar la inflación.

Según Bloomberg, más de 60 bancos centrales de todo el mundo han subido sus tasas de “forma abrupta” en los últimos meses. En la región, los países que lo han hecho en mayor medida son los del hemisferio sur con Argentina en la cabeza. El país gaucho la ha aumentado seis veces durante el año y esta ya se ubica en 52%.

Brasil, Chile, Paraguay y Colombia lo han hecho en un rango entre 250 y 500 puntos básicos. En Brasil, por ejemplo el ‘valor del dinero’ como se le llama a la tasa, ya se ubica en 13,25%, Chile la tiene en 9% y Colombia en 6%.

En norteamérica, en cambio, los países más agresivos han sido México y Canadá, quienes la tienen ubicada en 7,75% y 1,5% respectivamente. Estados Unidos es el más pasivo del grupo y sus aumentos se han mantenido entre 50 y 100 puntos básicos.

El 15 de junio, Powell comunicó un alza de 75 puntos básicos, lo que significó el aumento más pronunciado en cerca de 30 años. Al final, la tasa de préstamo a los bancos comerciales en el país norteamericano se ubicó entre 1,5% y 1,75%.

Reino Unido y Europa (que se rige bajo el Banco Central Europeo (BCE)) no fueron la excepción. El país del primer ministro Boris Johnson subió su tasa de referencia en 25 puntos básicos y la dejó en 1,25% para enfrentar una inflación de 9%, la más alta en 40 años.

El Banco Central Europeo, que se caracterizó por tener una tasa sugerida de 0% durante y después de la pandemia, anunció a través de su presidenta Christine Lagarde que esperan subirla en 25 puntos básicos en julio y septiembre.

Lagarde también dejó abierta la posibilidad de que el aumento del noveno mes del año pueda ser mayor.

“Estas decisiones muestran nuestro compromiso ya establecido de usar todos nuestros instrumentos para asegurar que la inflación se mantenga en nuestro objetivo de 2% a mediano plazo”.

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