Así están invirtiendo los fondos de pensiones de Canadá en la construcción regional
lunes, 23 de mayo de 2022
Una empresa del grupo de los fondos canadienses movió en Colombia más de US$250 millones para Hidroituango
Mauricio Zuluaga
Los activos administrados por los ocho principales fondos de pensión canadienses suman más de US$1,6 billones. Una cifra comparable con el PIB de Corea del Sur y superior al tamaño de la economía española. De ahí que hoy sean unos de los inversionistas institucionales más importantes en el mundo.
Entre sus portafolios figuran desde aeropuertos y carreteras, hasta redes de transmisión eléctrica y empresas de servicios públicos. En la última década sus inversiones en América Latina se han venido extendiendo, y allí se encuentra cerca del 10% de los proyectos de infraestructura en los que participan.
La posibilidad de que este tipo de instituciones pudieran invertir de la forma como lo hacen hoy, se dio en 1997 como respuesta a la problemática propia de los cambios demográficos. Mientras en 1966 había siete trabajadores por cada jubilado, para el año 2.000 las estimaciones mostraban que habría solo cinco por cada uno, y para el 2040 la relación sería de tres a uno. A esto se sumó el aumento en la expectativa de vida, que hacía temer que los recursos se agotaran. Por estas razones se crearon los fondos de reserva, con el fin de que el dinero que no se utiliza inmediatamente para pagar pensiones se pueda invertir.
Desde ese momento hasta hoy, los fondos de pensiones canadienses han invertido en cerca de 60 países, dándole viabilidad a miles de proyectos en diferentes rincones del globo, a la vez que los rendimientos generados han permitido aumentar el monto de los ingresos para los pensionados, lo que ha tenido un impacto importante en la reducción de la pobreza entre los adultos mayores, pues dicho índice pasó del 34% en 1980, al 19% en 1997 y en 2022 bajó hasta 5%.
Recientemente los fondos de pensión de este país, bautizados como los ‘Maple revolutionaries’ en 2012 por The Economist, fueron elegidos como los más transparentes del mundo, según el último reporte hecho por Top1000funds.com y CEM Benchmarking. “Los mayores fondos públicos canadienses colectivamente tienen una reputación mundial por su desempeño superior y la excelencia en la gobernanza”, destacó el informe.
Dentro de este ecosistema, el fondo de pensiones más grande es el Canada Pension Plan Investment Board (Cppib). Más de 20 millones de canadienses participan de este. El capital administrado asciende a US$436.000 millones. Durante los últimos cinco años su rendimiento neto anual ha sido del 11,7%, gracias a las inversiones realizadas en 56 países. Canadá concentra 15% de dichos activos, 85% restante está en Estados Unidos, Europa, Asia y América Latina. Esta última región representa aproximadamente 4% del portafolio. Sin embargo, está incluida dentro del segmento priorizado de mercados emergentes, que hoy tiene un peso del 21%, y que se espera llegue al 33% en 2025.
Brasil concentra alrededor de 30% de las inversiones hechas por Cppib en la región, a través de participaciones en diversos sectores de la economía. En México se destacan dos activos, la autopista Arco Norte, 233 kilómetros que conectan a los estados de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo y México; y la carretera Pacífico Sur, una autopista de 309 kilómetros entre Guadalajara y Tepic, en la cual invirtió en sociedad con el fondo de pensiones de los profesores de la principal provincia canadiense, el Ontario Teachers Pension Plan Board (Otpp). Este último, además, tiene una alta presencia en Chile, a través AndesCan, empresa dedicada a invertir en proyectos de infraestructura, energía y servicios.
El segundo gran inversionista es la Caisse de dépôt et placement du Québec (Cdpq), que ha participado en empresas reconocidas a nivel mundial, como el Circo del Sol, fundado en la misma provincia de Quebec. Su portafolio asciende a más de US$334.000 millones. 11,4% de las inversiones hechas por Cdpq en infraestructura están en América Latina. Los proyectos relacionados con energías renovables y redes de transmisión vienen ganando participación, pues la meta de los fondos canadienses es que sus portafolios sean cero emisiones a 2050.
A finales de marzo Cdpq realizó su primera inversión en transmisión eléctrica en América Latina con la compra de la red de Terna por US$270 millones. Dicha infraestructura se extiende aproximadamente a lo largo de 1.200 kilómetros, conectando a Brasil, Perú y Uruguay.
“Estamos sentando las bases de una nueva plataforma Cdpq dedicada a la transmisión de energía en América Latina, con el objetivo de convertirnos en un actor clave en este sector crítico de la economía. Estamos decididos a impulsar la expansión de las redes que conectan nuevos proyectos de energía renovable con clientes en toda la región, un objetivo en línea con nuestras estrategias de descarbonización de cartera y de América Latina”, dijo Emmanuel Jaclot, vicepresidente ejecutivo y jefe de infraestructura de Cdpq.
En Colombia, ese fondo aportó US$250 millones para la construcción de Hidroituango a través del financiamiento liderado por el BID. De igual forma, en 2018, el Cdpq firmó un acuerdo con la Financiera de Desarrollo Nacional.