Aumentos de impuestos a multimillonarios, el foco del Estado de la Unión de Biden

El presidente Joe Biden propondrá aumentar las tasas impositivas mínimas pagadas por las principales corporaciones multinacionales y estadounidenses al 21% y eliminar las exenciones para las empresas con ejecutivos bien remunerados en su discurso sobre el Estado de la Unión en año electoral el jueves por la noche.

La propuesta, descrita por funcionarios de la Casa Blanca bajo condición de anonimato, afectaría a corporaciones valoradas en mil millones de dólares o más, elevando su tasa impositiva mínima desde el nivel del 15% implementado anteriormente en su mandato.

Biden también pedirá a los legisladores, como lo hizo en la solicitud de presupuesto del año pasado, que impongan el mínimo del 21% a las corporaciones multinacionales, lo que, según la Casa Blanca, resultaría en nuevos impuestos sustanciales para las compañías farmacéuticas. También quiere cuadriplicar el impuesto que las empresas deben pagar cuando recompran sus propias acciones del 1% a 4%. Los demócratas han propuesto impuestos de recompra como una forma de alentar a las empresas a invertir en fuerza laboral y equipos en lugar de recomprar acciones.

El paquete es parte de un esfuerzo de Biden por establecer un contraste con el presunto candidato republicano, el expresidente Donald Trump, cuyo logro legislativo emblemático supuso importantes recortes de impuestos para los ricos y las corporaciones. Gran parte de esa legislación expirará a fines de 2025, lo que colocará la batalla sobre el código tributario en el primer plano de las próximas elecciones.

Los republicanos y algunos demócratas moderados han rechazado repetidamente los llamados de Biden para ampliar los impuestos corporativos. Anteriormente sugirió aumentar la tasa del impuesto corporativo a 28% desde 21%, una propuesta que planea hacer nuevamente el jueves.

Los cambios reales en el código están lejos. Es poco probable que los legisladores siquiera consideren cambios significativos hasta el próximo año, después de las elecciones.

Compensacion Ejecutiva

Biden también está solicitando que el Congreso apruebe una ley que reduzca las deducciones fiscales para cualquier empresa que pague a un empleado más de US$1 millón, una medida que la Casa Blanca estima que podría recaudar unos US$270.000 millones en ingresos en 10 años. Las reglas actuales restringen las deducciones elegibles para la compensación de los empleados al director ejecutivo, director financiero y otros puestos selectos. También minimizaría los beneficios fiscales para los viajes en jet privado.

Biden pediría a los legisladores que se centren en los ultrarricos con un llamamiento a un impuesto mínimo de 25% para los multimillonarios. Está diseñado para impedir que los estadounidenses más ricos utilicen disposiciones del código para diferir o minimizar sus impuestos. La idea es una apuesta política arriesgada pero popular entre los activistas progresistas, lo que la convierte en un grito de guerra para la base demócrata.

Propósitos políticos

Biden puede acumular los ingresos hipotéticos en su propuesta de presupuesto anual, que se publicará el lunes, reduciendo el impacto proyectado sobre el déficit. Su propuesta presupuestaria estima reducir el déficit en US$3 billones en 10 años, según los funcionarios.

Las propuestas también ayudan a encuadrar tanto la próxima campaña como el futuro debate sobre los impuestos. Debido a que gran parte de los recortes de impuestos de Trump de 2017 expirarán a fines de 2025, los legisladores están incentivados a llegar a un acuerdo. De no hacerlo, casi todos los hogares verían aumentar sus impuestos.

Pero centrarse en los impuestos corporativos sigue siendo políticamente popular. Según Gallup, más de dos tercios de los estadounidenses piensan que las corporaciones pagan muy pocos impuestos.

"Mientras el presidente quiere recortar los impuestos para las familias trabajadoras, los republicanos del Congreso quieren recortar aún más los impuestos para los ricos y las grandes corporaciones", dijo a los periodistas la economista de la Casa Blanca, Lael Brainard. "El presidente Biden ha dejado claro de qué lado está".