Ambiente

Australia podría impulsar al mundo y sus ambiciones ecológicas con nuevas propuestas

Desde las petroleras hasta los magnates mineros multimillonarios, están buscando una manera de capitalizar la transformación

Bloomberg

Las señales de cambio están por todas partes en el continente. Se eligió un nuevo gobierno que se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero más rápido; la red eléctrica más grande del país tiene un plan multimillonario para descargar carbón; y algunas de las personas más ricas del país que hicieron sus fortunas en la minería y la tecnología están alineando enormes proyectos de energía verde diseñados para hacer que la nación pase de ser el rey de los combustibles fósiles a un proveedor global de energía verde y los metales necesarios para construir vehículos eléctricos.

Pocos países en el mundo pueden marcar una diferencia tan grande en el cambio climático en relación con su población. La adicción de Australia al carbón y los combustibles fósiles, tanto en el país como para la exportación, la ha convertido en el mayor emisor de carbono per cápita del mundo desarrollado. Sin embargo, según una estimación, el vasto continente bañado por el sol podría generar 5000 exajulios de energía verde, más de ocho veces la demanda mundial actual. Incluso según evaluaciones más conservadoras, Australia podría impulsar al mundo.

“Estamos en un punto de inflexión”, dijo Will Symons, líder de sustentabilidad y clima de Asia-Pacífico con sede en Melbourne para Deloitte. “El desafío para nosotros es avanzar al ritmo ya escala, y eso requerirá nuevas colaboraciones. La velocidad lo es todo”.

Para compañías como Tesla Inc. de Elon Musk, el gigante petrolero BP Plc y una gran cantidad de conglomerados japoneses, Australia brinda más que una oportunidad para hacer mella en las emisiones globales. Además de una fuente potencial de energía verde, ofrece una plataforma única para desarrollar, probar y construir tecnologías gracias al clima, los minerales y la infraestructura preparada de la nación. Esa combinación de recursos es especialmente atractiva para las empresas que buscan producir hidrógeno verde, con financiamiento y acuerdos de exportación provenientes de Alemania, Singapur, Corea del Sur, Japón y el Reino Unido.

Aún así, la escala de la tarea es desalentadora. La economía de Australia se ha basado en extraer y vender sus minerales, especialmente el carbón, durante más de un siglo. El año pasado, extrajo alrededor de 400 millones de toneladas del combustible fósil más contaminante. Sin embargo, como símbolo de cómo está cambiando la nación, el mercado de energía más grande del país alcanzó este mes un punto en el que la energía solar superó brevemente al carbón como la mayor fuente de electricidad.

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