Avanza la carrera mundial por asegurar minerales críticos y potencias miran a Canadá

La transición energética está en gran medida determinada por el acceso a minerales críticos, necesarios para la producción de vehículos eléctricos, turbinas eólicas y paneles solares, entre otros. De ahí que, para cumplir con el objetivo de llegar a cero emisiones en el 2050, los 193 firmantes del acuerdo de Paris estén en una carrera por asegurar su abastecimiento. Organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, así como la Unión Europea y el gobierno de Estados Unidos, han expresado sus inquietudes respecto a la disponibilidad de estos minerales de cara a los compromisos derivados dentro de la lucha contra el cambio climático.

El cobre es uno de esos minerales sobre los que se advierte una inminente escasez. Actualmente la demanda mundial por este metal es de 25 millones de toneladas métricas (MMt) anuales, y según el informe ‘El Futuro del cobre’, de Standard & Poor’s (S&P), se doblará en los próximos 13 años. “El déficit llegará a 9,9 MMt en el 2035 en el escenario Rocky Road, que se basa en la continuación de las tendencias y en la utilización actual de la capacidad de las minas y el reciclaje de cobre. Esto significaría un déficit de 20% en el nivel de suministro requerido para llegar al objetivo de cero emisiones en el 2050”, asegura S&P.

Buena parte de los esfuerzos en política pública medio ambiental se han centrado en la electrificación del parque automotor y el desarrollo de la infraestructura necesaria para su funcionamiento, pues según la International Energy Agency (IEA), hoy el transporte terrestre aporta aproximadamente 16% de las emisiones globales de CO2. Por esta razón, un porcentaje importante de la mayor demanda de minerales críticos se dará por parte de la industria automotriz. De acuerdo al reporte de minería global realizado por la firma PricewaterhouseCoopers (PwC), la fabricación de un carro eléctrico demanda, en promedio, 209 kilogramos de minerales críticos; es decir, seis veces más que los requeridos para un automóvil convencional, que son 35 kilogramos.

China es de lejos el líder mundial en la producción de minerales críticos, siendo el principal proveedor de 16 de ellos. Para evitar la dependencia de ese mercado y prevenir riesgos de desabastecimiento asociados a factores geopolíticos, algunas potencias están mirando hacia Canadá, donde hay un plan para incrementar la producción de 31 de esos minerales esenciales para la transición energética.

La industria automotriz alemana se movió rápido. A finales de agosto, tras el paso del canciller Olaf Scholz por este país, dos grandes fabricantes, Mercedes-Benz y Volkswagen, firmaron un acuerdo con el gobierno federal canadiense para el suministro de minerales para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.

En esa misma dirección se está moviendo Corea del Sur. Durante su visita a Ottawa, hace tres semanas, el mandatario de ese país, Yoon Suk-yeol, le pidió al primer ministro canadiense, Justin Trudeau, profundizar la cooperación en materia de acceso a minerales críticos para el sector automotor surcoreano. “Canadá, como líder mundial en la producción de minerales, y Corea, como un importante fabricante de vehículos semiautónomos y baterías, desempeñan papeles cruciales en la cadena mundial de suministro”, dijo Yoon.

A esto se suma el hecho de que, recientemente, la administración de Joe Biden incluyó a los vehículos eléctricos fabricados en Canadá, y a los producidos en Estados Unidos con materias primas canadienses, dentro del beneficio tributario que ese país otorga a quienes compran un carro de ese tipo. Con estos tres acuerdos Canadá va asegurando un rol fundamental en la producción de cerca de 20% de la fabricación mundial de vehículos y se perfila como protagonista de la transición energética global. Esta es la única nación democrática que tiene todos los minerales necesarios.