Banco Central de Perú avanza en la creación de su moneda digital y apunta a masificarla
martes, 11 de abril de 2023
Más de 50% de la población adulta de Perú no está bancarizada. Por ello, esta población será el grupo objetivo cuando se lance
Gestión - Lima
Con el fin de profundizar el avance de estas operaciones, el Banco Central de Reserva (BCR) de Perú completó la primera etapa de investigación para la implementación de una moneda digital en el país. El número de pagos digitales per cápita de los peruanos fue de aproximadamente 174 en 2022.
Así, proseguirán las siguientes fases de prueba de supuestos, prototipo, piloto y producción, que se desarrollarán con la participación del sector privado y otras autoridades.
La finalización de la primera etapa de investigación arrojó como resultado que los niveles aún bajos de inclusión financiera e interoperabilidad son factores limitantes para el desarrollo de los pagos digitales en el Perú. Por ello, el desarrollo de una CBDC (moneda digital del Banco Central, por sus siglas en inglés) podría ayudar a resolver ambos problemas.
En ese objetivo, en 2022 el propio BCR trazó una ruta para iniciar, desde el presente mes, la interoperabilidad entre las billeteras digitales Yape y Plin; a las que se sumarán, a finales de junio, los aplicativos digitales de las diferentes entidades financieras.
Público objetivo
Alrededor de 50% de la población adulta de Perú no está bancarizada. Por ello, esta población será el grupo objetivo del lanzamiento de la futura moneda digital. Específicamente, vendedores ambulantes, transportistas y trabajadores de la construcción, porque, en su mayoría, estos trabajadores utilizan dinero efectivo para realizar sus pagos a otras personas (P2P) y/o pagos a otros comercios (P2B).
Entre las ventajas de un Cbdc peruana se encontrarían el incremento de la inclusión financiera, mayor acceso y uso de los pagos digitales, contribución adicional a la menor dolarización en los pagos minoristas, y la promoción de la innovación financiera en un contexto regulado al facilitar las operaciones de nuevos agentes económicos.
En contraste, los potenciales riesgos que la existencia de una moneda digital conlleva son sustantivos. La sustitución de depósitos bancarios, las posibles corridas bancarias digitales, el uso de la moneda en actividades ilegales, y los riesgos de ciberseguridad, son algunos de ellos.