Uruguay

Banco Central de Uruguay respira, mientras en Argentina sortean números rojos

Reuters

La menor inflación en Uruguay y la estabilidad monetaria han permitido al banco central recortar las tasas de interés desde abril

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Diego Labat, jefe del banco central de Uruguay, está bien sentado. La inflación está en el nivel más bajo en casi dos décadas, la moneda es una de las más fuertes de la región y el país está liderando un giro regional hacia la flexibilización de las tasas de interés.

Es un gran contraste con la situación al otro lado del Río de La Plata, en Buenos Aires, donde la inflación alcanzó 124% en agosto, la más alta desde 1991, los controles de capital apenas están frenando la caída de la moneda y los niveles de reservas netas están en números rojos.

"Uruguay ha hecho sus deberes", dijo a Reuters Labat, de 53 años, en su oficina cerca del bullicioso puerto de Montevideo, y explicó que hace apenas unas décadas el país había sido menos resistente y más susceptible a las crisis económicas de su vecino mucho más grande.

En 2002, la economía impulsada por la industria agropecuaria sufrió cierres de bancos, alto desempleo y crecientes tasas de pobreza (33%) durante una devastadora crisis financiera en Argentina debido a un "vínculo" directo entre los dos sistemas financieros, en una dependencia que Uruguay ha reducido.

"En aquel entonces, un problema en Argentina era un problema en Uruguay", dijo Labat. Argentina era el segundo socio comercial de Uruguay. Hoy ha caído al cuarto puesto, después de China, Brasil y la Unión Europea. "Hoy un problema en Argentina ya no es un problema acá", añadió.

La tasa de inflación anual de Uruguay fue de 4,1% en agosto, la más baja desde 2005 y menos de un tercio de la tasa que Argentina registró solo en el mes de agosto, de 12,4%.

Las monedas de los dos países también han cambiado marcadamente con el peso uruguayo estable en los últimos años, mientras que el peso argentino se ha desplomado de 60 unidades por dólar a principios de 2020 a 350 ahora, y cerca de los 700 en mercados paralelos.

La menor inflación en Uruguay y la estabilidad monetaria han permitido al banco central recortar las tasas de interés desde abril a 10% actual y es probable que se produzca otra reducción en su próxima reunión de política monetaria en octubre.

La actividad económica se ha desacelerado este año. Uruguay registró una contracción de 2,5% en el segundo trimestre respecto al mismo período de 2022 por el impacto de una severa sequía en el sector agroindustrial. Sin embargo, Labat sigue confiando en que la economía uruguaya se recuperará con fuerza en 2024.

Mientras tanto, la tasa de interés de Argentina se ha disparado a 118%, lo que obstaculiza el crecimiento y el acceso al crédito. Las reservas netas de divisas del banco central de Uruguay ascienden a US$8.000 millones, un ligero aumento desde principios de año.

Se estima que las de Argentina se encuentran en territorio negativo, lo que perjudica su capacidad de realizar pagos mientras lucha por mantener vivo un programa de préstamos de US$44.000 millones con el Fondo Monetario Internacional, FMI.

Labat dijo que una "Argentina fuerte y en crecimiento" siempre fue mejor para Uruguay, pero señaló tendencias cambiantes como una caída en la proporción de depósitos bancarios de no residentes -muchos de ellos de Argentina- en el sistema financiero de Uruguay.

Los depósitos totales de no residentes han caído a 8%, desde un máximo de 41,5% en 2001, según el banco central.

Eso ha dejado al país menos expuesto, incluso cuando ha construido sus propias instituciones y credibilidad. Los costos de endeudamiento del Gobierno están cayendo y Uruguay superó a Chile este año como la economía de menor riesgo de la región, según muestra un índice de JP Morgan.

"Hay pesimismo sobre América Latina", dijo Labat. "Pero Uruguay es un ejemplo de cómo mejores instituciones pueden cambiar la economía".

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