Bogotá, la única colombiana en índice de ciudades sostenibles, pero cayó 14 puestos
martes, 25 de junio de 2024
Aunque la capital del país sigue entre las 100 ciudades más destacadas en el índice de sostenibilidad de Arcadis, quedó entre las últimas del grupo de América Latina
Durante la última década, la consultora Arcadis ha estado investigando cientos de ciudades globales y poniendo a prueba sus iniciativas de sostenibilidad. Cuando solo quedan poco más de 2.000 días para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, sus investigadores presentan los resultados del cómo va un territorio con su Índice de Ciudades Sostenibles.
“Los resultados son claros. Debemos actuar ahora para forjar un mundo resiliente, justo y sostenible” dicen en el informe. El índice este año si bien lo lideran, en su orden, Ámsterdam y Róterdam (de Países Bajos), y Copenhague (Dinamarca), quedan atrás, en particular, ciudades estadounidenses, latinas y asiáticas.
Erik Høeg, el Embajador de Dinamarca, señaló que, "hemos definido metas ambiciosas a mediano y largo plazo que cuentan con amplio respaldo político, como la reducción de emisiones de 70% GIE a 2030. Hemos trabajado en generación de fuentes de energías renovables no convencionales, principalmente eólica, y queremos que nuestra electricidad sea a 100% “verde” en esta década".
Bogotá es la única ciudad colombiana del listado que aparece en el top 100, la medición ubicó a la capital en el puesto 92, aunque cayó 14 lugares si se tiene en cuenta que en el resultado de 2023 había sobresalido en el puesto 78.
De hecho, la capital del país es última entre las pocas ciudades de América Latina que clasificaron. En el índice, solo se puede ver a Santiago como el primero de la región en escalar en la tabla en el puesto 81, luego sigue Ciudad de México (82), Sao Paulo (84), Buenos Aires (86), Río de Janeiro (89) Lima (90) y Bogotá finalizó de 92.
Arcadis resaltó que la capital colombiana “tiene un sistema de electricidad confiable, además ve un ajuste en la conectividad de la ciudad por medio del agua y sus sistemas de servicios públicos, lo cual ha permitido de cierta manera no alterar las emisiones de CO2 a tal punto que se siente tan complicado como en otras capitales de América Latina”.
“Los desafíos de Bogotá están en los niveles de polución en localidades donde la calidad del aire se ha deterioriorado con fuerza, por ejemplo, en la zona industrial o espacios de movimiento por fábricas hay días con fuertes complicaciones. Las acciones del gobierno Distrital se han visto con la suspensión temporal incluso, del carro particular algunos sábados, eso ha ayudado pero de manera leve” dijo Román Bauer, director del observatorio América Natural.
En América Latina, el cuidado del medio ambiente enfrenta diversos desafíos significativos, por eso hay un menor número de metrópolis en el ranking a diferencia de otras de Europa. En primer lugar, los investigadores hablan de un efecto de la deforestación y pérdida de biodiversidad.
La región ha experimentado una alta tasa de deforestación. Por ejemplo, en la Amazonía brasileña se perdieron aproximadamente 10.000 kilómetros de bosque en 2022. México y Centroamérica también enfrentan problemas graves de deforestación debido a la agricultura intensiva y la expansión urbana.
Contaminación de agua y aire
La calidad del aire es preocupante en muchas ciudades latinoamericanas. Por ejemplo, Ciudad de México y Santiago de Chile han enfrentado problemas severos de contaminación atmosférica, afectando la salud de millones de personas.
“La contaminación del agua es otro desafío grave. Ciudades como Sao Paulo, Buenos Aires y Lima luchan con la contaminación de sus ríos y cuerpos de agua debido a la descarga de desechos industriales y domésticos sin tratar” dijo Sergio Bionti, analista de la U. de Los Andes.
Cambio climático
América Latina es vulnerable a los efectos del cambio climático. Se prevé que los eventos climáticos extremos como huracanes, inundaciones y sequías sean más frecuentes y severos en la región.
Los países costeros, como los de América Central y el Caribe, enfrentan amenazas crecientes debido al aumento del nivel del mar. Adicional, los expertos hablan de retos con la gestión de Residuos, el manejo inadecuado, en muchas ciudades latinoamericanas, una gran proporción estos, termina en vertederos a cielo abierto, contribuyendo a la contaminación ambiental y problemas de salud pública.
Conservación de recursos
A pesar de los esfuerzos de conservación, como la creación de áreas protegidas, la presión sobre los recursos naturales continúa siendo alta debido al crecimiento demográfico y económico.
Igualmente, los desafíos urbanos suponen otra complicación si se tiene en cuenta que las áreas urbanas enfrentan desafíos distintos de las áreas rurales. Mientras que las ciudades luchan con la contaminación y el manejo de residuos, las zonas rurales enfrentan problemas como la deforestación y la pérdida de tierras agrícolas debido a prácticas no sostenibles.
“En resumen, aunque hay avances en la conciencia ambiental y políticas de conservación en algunos países, América Latina sigue enfrentando serios desafíos en cuanto al cuidado del medio ambiente. Es crucial continuar con políticas y acciones efectivas para mitigar estos problemas y promover un desarrollo más sostenible en la región” explicó Bionti.
En cambio, puntos de Países Bajos y Dinamarca llevan años dando estándares de cuidado de residuos y cuidado ambiental a gran escala. "Dinamarca, además, ha impulsado la adopción de un modelo de economía circular y el fomento de transporte vial y marítimo bajo en emisiones. Finalmente, Copenhague quiere convertirse en la primera capital neutra en carbono”, añadió Erik Høeg.
Las métricas que tuvo en cuenta el informe
El índice clasifica a 100 ciudades globales según tres pilares de sostenibilidad: cuidado del planeta, aporte de las personas y beneficios. Marcando la sexta edición del informe desde su inicio en 2015, comprende 67 métricas para resaltar nuestra comprensión cambiante de la sostenibilidad urbana.
Los puntos de datos clave incluyen la contaminación del aire, la gestión de residuos y la inversión en infraestructura baja en carbono (incluidas las energías renovables y el transporte sostenible). Este año se incluyeron observaciones a reciclaje industrial y urbano.