Brasil intensifica vigilancia policial contra pandillas y delitos sexuales antes de la COP30
martes, 30 de septiembre de 2025
La operación también se ha centrado en las 42 islas de Belém, donde las comunidades pobres ribereñas se asientan junto a restaurantes y playas
Bloomberg
Mientras Brasil se prepara para recibir a decenas de miles de visitantes extranjeros a la cumbre climática COP30 de las Naciones Unidas en Belém, está reforzando la seguridad para combatir dos de los problemas más arraigados de la región amazónica: la explotación sexual de niños y adolescentes y el crimen organizado, que se extiende desde el submundo urbano a través de los ríos hasta la selva tropical.
Belém, una ciudad de aproximadamente 1,5 millones de habitantes, espera la asistencia de más de 50.000 asistentes a la conferencia, entre ellos jefes de estado, funcionarios gubernamentales, líderes empresariales, activistas y académicos, de casi 200 países. Esta afluencia, con motivo del mayor evento climático del mundo, situará a la ciudad en el foco de atención mundial, pero también generará oportunidades para la actividad delictiva, según Rodney da Silva, director de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública.
Alrededor de 10.000 agentes de seguridad a nivel estatal patrullarán Belém durante la COP30, según el gobierno del estado de Pará, donde Belém es la capital.
Para Brasil, la cumbre pondrá a prueba si puede controlar economías criminales profundamente arraigadas y al mismo tiempo proyectar una imagen de orden en el escenario mundial.
Belém fue clasificada como la décima ciudad más violenta del mundo en 2017 por la ONG Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública de México. Desde entonces, la delincuencia ha disminuido significativamente, con una reducción de 88% en los homicidios y de 69% en los robos, según datos oficiales. El gobierno estatal atribuye esta disminución a medidas como el aumento del patrullaje callejero, mayores índices de esclarecimiento de delitos y la recuperación del control de las cárceles de las pandillas.
La región amazónica también registra las tasas más altas de violencia sexual infantil en Brasil, según un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, y el Foro Brasileño de Seguridad Pública. En Pará, se registró un promedio de 13 casos al día en 2023.
“Pará tiene un historial muy negativo de explotación infantil y adolescente”, afirmó da Silva. “Estamos reforzando las acciones de prevención y combate desde ahora hasta el evento. Debemos preservar la imagen del país en el exterior”.
Las autoridades federales y locales han lanzado una operación especial: Curupira-Mirim . (El nombre hace referencia a Curupira, la mascota de la COP30, un espíritu guardián del bosque en el folclore brasileño, mientras que mirim significa "pequeño" en la lengua indígena tupí). Los agentes inspeccionarán hoteles, bares, restaurantes, burdeles y estaciones de transporte. Los propietarios de estos establecimientos deben prohibir la entrada a menores no acompañados , según la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Pará.
La operación también se ha centrado en las 42 islas de Belém, donde las comunidades pobres ribereñas se asientan junto a restaurantes y playas construidos sobre palafitos frecuentados por turistas.