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San Francisco autoriza la circulación de los primeros taxis autónomos sin nadie al volante

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San Francisco se convertirá en la primera ciudad de EE.UU. en la que los taxis autónoms sin nadie al volante podrán circular

Expansión - Madrid

Los reguladores dan luz verde al proyecto, pese a la preocupación de las autoridades por la seguridad de los vehículos.

San Francisco se convertirá en la primera ciudad de EE.UU. en la que los taxis autónomos sin nadie al volante podrán circular libremente y transportar pasajeros de pago sin restricciones, tras una decisión histórica adoptada el jueves por el regulador californiano.

La Comisión de Servicios Públicos de California dio luz verde a la plena prestación de servicios comerciales de robotaxi en la ciudad, a pesar de las objeciones de las autoridades de San Francisco, que alegaron que todavía no ha quedado demostrada la seguridad de estos vehículos, y de los sindicatos, que protestaron por la amenaza que suponen para el empleo.

Gracias a una votación que resultó favorable a la medida las empresas Waymo y Cruise, que son propiedad de Alphabet y General Motors, respectivamente, podrán operar taxis sin conductor en San Francisco sin restricciones.

Aunque los coches autónomos de ambas compañías ya se ven por las calles de la ciudad, hasta ahora estaban limitados en cuanto a dónde y cuándo podían operar y si podían transportar pasajeros de pago. Los coches sin conductor se están probando en otras ciudades estadounidenses. De hecho, Waymo tiene un servicio comercial en parte de Phoenix y los suburbios de la localidad.

Prashanthi Raman, vicepresidenta de asuntos públicos globales de Cruise, calificó la decisión de "hito histórico en la industria" que pondrá a la empresa en posición de "competir con las compañías de transporte tradicionales y acabar con el estigma de transporte poco seguro e inaccesible".

La innovadora decisión se produce 14 años después de que Google empezara a desarrollar los primeros coches autónomos, lo que generó pronósticos de que los vehículos sin conductor se harían omnipresentes en una década.

A pesar de que McKinsey calcula que el sector ha invertido 50.000 millones de dólares en su desarrollo, la comercialización de esta tecnología se ha visto retrasada por la dificultad de enseñar a los coches a enfrentarse a los numerosos "incidentes extremos" que pueden producirse en la carretera y que no están contemplados en su software.

Las autoridades responsables del transporte en San Francisco y la oficina del alcalde pidieron a la comisión de servicios públicos que retrasara la aprobación, argumentando que se necesitaba más tiempo para demostrar que los vehículos eran seguros y poner en marcha un sistema de supervisión de los coches autómomos.

Las autoridades se refirieron en particular a casos en los que los vehículos sin conductor se paraban en los cruces de la ciudad y bloqueaban el tráfico, obligando a sus propietarios a acudir en persona para moverlos.

Las empresas alegaron que la ciudad no tenía motivos para oponerse, ya que habían cumplido todos los requisitos establecidos por los reguladores estatales, incluido el cumplimiento de las normas sobre vehículos autónomos del Departamento de Vehículos de Motor de California.

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