China, commodities y divisas en 2026, las pautas claves para los inversionistas mundiales
viernes, 21 de noviembre de 2025
UBS presentó su hoja de ruta para 2026, destacando a la innovación, la IA y la diversificación global como claves para navegar un año marcado por cambios
Se acerca el fin de año y los inversionistas en el mundo entero están buscando esas claves para mejorar sus portafolios y rendimientos futuros. Es por esto que en el Year Ahead 2026, Mark Haefele, Chief Investment Office, CIO, de UBS Global Wealth Management, GWM, describe lo que los inversionistas pueden esperar en el nuevo año, dónde buscar crecimiento e ingresos y por qué la diversificación es importante para construir una cartera resiliente.
Entre las principales recomendaciones del CIO de UBS para 2026, el informe subraya la necesidad de apostar por la innovación transformadora como eje de crecimiento. La entidad también plantea una pregunta central para el próximo año: ¿la inteligencia artificial, el impulso fiscal y la relajación de la política monetaria serán suficientes para llevar a los mercados globales más allá del peso de la deuda, los retos demográficos y la desglobalización, y abrir paso a una nueva fase de expansión económica?
Para iniciar 2026 con un buen respaldo, el banco recomienda aumentar la exposición a acciones, sustentado por un entorno económico más favorable. Las bolsas globales podrían avanzar cerca de 15% hacia finales de 2026, impulsadas por el crecimiento en Estados Unidos y políticas fiscales y monetarias más flexibles. Sectores como tecnología, servicios públicos, salud y banca se perfilan entre los más beneficiados, con oportunidades en mercados como EE.UU., China, Japón y Europa.
De hecho, Juan Pablo Vieira, CEO en JP Tactical Trading, aseguró que hay “varios sectores en Estados Unidos pasaron por una corrección fuerte en 2024-2025, generando precios de entrada que no se veían desde hace años. Estos son los sectores con mayores descuentos y mejor perfil riesgo/retorno: salud, consumo discrecional y retail, real Estate / Infraestructura, tecnología”. Y agregó que “muchas cotizan 20-40% por debajo de sus máximos y con crecimientos superiores a 15% anual”.
En cuanto a geografía, UBS resalta las oportunidades en China, especialmente en su sector tecnológico. La combinación de alta liquidez, mayor participación minorista y un aumento proyectado de 37% en las ganancias para 2026 refuerza el atractivo del mercado. Una mayor exposición a Asia -particularmente India y Singapur- y a economías emergentes también podría aportar diversificación adicional.
El informe subraya además la conveniencia de favorecer las materias primas, apoyadas por restricciones de oferta, mayor demanda y tensiones geopolíticas. Cobre, aluminio y agrícolas aparecen como los segmentos con mayor potencial, mientras que el oro mantiene su papel como activo refugio y diversificador. Para los inversionistas que buscan flujo, UBS recomienda ingresos diversificados, combinando bonos de alta calidad, estrategias de mayor rendimiento, acciones que generen dividendos e instrumentos estructurados, con el fin de equilibrar retornos y riesgos en un contexto de diferenciales de crédito ajustados.
Finalmente, la entidad enfatiza que la estrategia cambiaria será clave en 2026. El euro, el dólar australiano y la corona noruega son sus divisas preferidas frente al dólar, que podría verse presionado por los recortes de tasas previstos en Estados Unidos.
A su juicio, la represión financiera y la mayor volatilidad cambiaria favorecerán a las monedas de alto rendimiento a medida que aumente el apetito por riesgo en los mercados globales.
Los riesgos y los escenarios clave
Si bien los titulares políticos seguirán siendo el centro de atención en 2026, la historia sugiere que su impacto en los mercados financieros a menudo es de corta duración. Sin embargo, existen riesgos que podrían hacer que los mercados retrocedan en el próximo año, incluyendo: una posible decepción en el progreso o adopción de la IA, un resurgimiento o persistencia de la inflación, una fase más arraigada de rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China, y la (re)aparición de preocupaciones sobre la deuda soberana o del sector privado.