China y Australia enfrentan un difícil camino diplomático luego de disputa comercial

El probable levantamiento de los principales aranceles finales sobre productos australianos por parte de China en las próximas semanas pondrá fin a una amarga guerra comercial de tres años. Es poco probable que eso por sí solo marque el comienzo de una nueva era en las relaciones entre los dos países.

El primer viaje del Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, a Australia en siete años para reunirse con su homóloga Penny Wong en Canberra el miércoles es la última señal de una mejora tentativa en las relaciones. Durante su viaje, Wang asistirá al Diálogo Estratégico y Exterior entre Australia y China, que fue pospuesto durante años durante un congelamiento diplomático.

Al comienzo de su reunión con Wang el miércoles, la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Wong, dijo que era importante que la comunicación "nunca sea retenida como castigo ni ofrecida como recompensa".

“Como saben, el diálogo nos permite gestionar nuestras diferencias; Ambos sabemos que no los elimina. Australia siempre será Australia y China siempre será China”, dijo.

La visita de Wang se produce poco más de una semana después de que China anunciara que estaba considerando eliminar los aranceles comerciales de hasta el 218% sobre el vino australiano, eliminando la última gran sanción impuesta después de que las relaciones se desgastaran en 2020. Pero incluso cuando las disputas económicas disminuyen, algunos expertos advierten que el La relación todavía enfrenta vientos en contra debido a diferencias políticas persistentes y una mayor competencia entre China y el principal aliado de Australia, Estados Unidos.

"Han tratado de sacar de la mesa las disputas económicas muy obvias y directas, pero eso no significa que las dos partes se hayan besado y hecho un arreglo en algún sentido fundamental", dijo Richard McGregor, investigador principal de East Asia en el grupo de expertos del Lowy Institute.

Australia y China han mejorado rápidamente sus relaciones diplomáticas desde la elección del gobierno laborista de centroizquierda en mayo de 2022, incluido el restablecimiento de reuniones oficiales de alto nivel y el levantamiento de las sanciones comerciales impuestas por Beijing en el punto álgido de las tensiones.

En octubre, China liberó a la periodista australiana Cheng Lei después de haberla detenido durante tres años, a lo que siguió poco después una visita a Beijing del primer ministro Anthony Albanese, la primera de un líder australiano en ejercicio en siete años.

Sin embargo, la decisión de un tribunal de Beijing de imponer al escritor australiano Yang Hengjun una pena de muerte suspendida en febrero tomó por sorpresa al gobierno de Canberra, arrojando nuevas dudas sobre la relación.

Desde entonces, la lista de disputas entre Beijing y Canberra no se ha reducido. En medio de crecientes tensiones en el Mar de China Meridional, donde el gobierno chino reclama vastas extensiones de territorio, Australia firmó un memorando de entendimiento sobre seguridad marítima con Filipinas. El presidente Ferdinand Marcos Jr pronunció un discurso desafiante ante el parlamento australiano, donde dijo que no cedería “ni una pulgada cuadrada” de territorio.

Después de que Australia y Vietnam profundizaron sus vínculos al acordar una asociación estratégica integral, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, advirtió contra la construcción de “círculos exclusivos”. El embajador de Australia en Vietnam, Andrew Goledzinowski, hizo una refutación pública inusual y dijo en su cuenta oficial de redes sociales que China estaba reaccionando exageradamente.

“Vietnam siempre ha valorado la autosuficiencia. Si fortalecer los lazos con Australia contribuye a eso, ¿por qué otro país debería oponerse? él dijo.

Algunos expertos instan a Australia y China a seguir centrándose en mejorar las relaciones. La ex diplomática australiana Jocelyn Chey dijo que a pesar de las diferencias políticas, las economías de los dos países eran "profundamente complementarias".

"Ciertamente, por parte de Australia, realmente no podemos prescindir de China", dijo Chey, ahora profesor visitante en la Universidad de Sydney. "Hay que reconstruir la confianza y la única manera de reconstruirla es trabajando juntos".

Pero McGregor advirtió que había muchas “trampillas geopolíticas” en las que ambas partes podrían caer en los próximos años. Si bien China y Australia habían acordado dejar de lado sus diferencias por el momento y centrarse en lo que podían acordar, dijo, la agenda compartida en el futuro "sigue siendo bastante limitada".

"La gran pregunta es cómo se comporta China y si puede desarrollar un modus vivendi con Estados Unidos", dijo McGregor.