Los científicos dicen sí a la regulación de la mariguana en México
martes, 13 de noviembre de 2018
La regulación permitiría aprovechar el potencial de la planta y sus derivados con el mínimo riesgo
El Economista - Ciudad de México
La discusión para regular el uso de la mariguana en México está en progreso, ante la iniciativa de la senadora Olga Sánchez Cordero quien presentó su proyecto en el Senado de la República y a la que se han sumado otras propuestas de distintos partidos. Ahora es de suma importancia que las voces de diferentes sectores se hagan presentes. Desde la parte científica y de salud, los especialistas coinciden en la necesidad de regular el tema, pero también profundizan en otros aspectos que hasta ahora se han puesto de lado.
Discusión en trincheras disociadas
El Dr. Juan Manuel Viveros, del Centro Universitario de Ciencias Exactas e ingenierías de la Universidad de Guadalajara (UdeG), asegura que no podemos tener un dialogo o una controversia desde el punto de vista lúdico si no se incluye la parte terapéutica y si no se hace corresponsables a todos los sectores de la población sobre sus efectos y su uso recurrente.
Dijo que ahora se abre una ventana de posibilidades enormes para regularizarla y que desde la trinchera de la ciencia se puedan sugerir algunas pautas a seguir para que podamos enfrentar el problema mostrando todos los aspectos. “Desde el biológico cuando alguien está enfermo y un efecto adverso cuando se utilice a sobremanera”.
El Dr. Viveros, químico farmacobiólogo de formación, explicó que etnobotánicamente hablando la planta existe desde la evolución del reino vegetal. A través de su evolución, el ser humano ha metido mano y la planta ha sufrido modificaciones. “La mariguana cuenta con diversas biomoléculas que interactúan con receptores específicos en una célula, por lo tanto, si es reconocida por la célula, ésta va a responder ante ese conjunto de biomoléculas. La mariguana es una fuente importante de biomoléculas que tendrían un potencial terapéutico para la sociedad”.
Pero asegura que hoy la discusión se encuentra en trincheras disociadas y no con un fin común, “la parte empresarial está pujando bastante y está teniendo una comunicación muy importante con los actores políticos, quienes toman las decisiones y generan la normativa, pero sin duda creo que el profesionista de la salud con experiencias en el uso de cannabis y el mundo científico que está recluido en sus laboratorios, difícilmente van a estar entrando en una constante de comunicación con los actores políticos”.
El investigador, cuyos trabajos sobre sistema endocannabinoide han sido publicados en revistas internacionales y citado en diversas ocasiones, dijo que no se tienen los mismos intereses, “a nosotros no nos mueve una cuestión económica y creo que ahí los políticos son muy limitados en la cuestión de visión, por ejemplo, hoy en día con todas la bases de datos que se encuentran de acceso libre, se podría hacer investigación seria y localizar a los grupos que por años han trabajado el tema en el país, pero no sucede, hace falta un estado de conciencia mayor donde realmente de una forma profesional integren las visiones del mundo empresarial, político, del sector salud y científico en pro de hacer un dialogo más serio respecto a cannabis y otras drogas que prácticamente las hemos ignorado durante años”.
Aún quedan fuera aspectos importantes
El doctor en ciencias médicas, Iván Pérez Neri, quien colabora en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, y ha hecho investigación y revisión de estudios sobre el efecto de los canabinoides, asegura que, aunque aún no conoce el documento de la propuesta, es necesaria una regulación para la mariguana. “Mi postura es intermedia, no soy partidario de que se permita al 100% su uso en todas condiciones y para todas las personas; pero tampoco soy partidario de que se prohíba por completo”.
Dijo que una regulación permitiría aprovechar el potencial tanto de la planta, como de sus derivados y componentes con el mínimo riesgo, sin embargo, la regulación que se ha propuesto hasta el momento y hasta el alcance de su conocimiento (Con las reformas iniciales de 2016 a la Ley General de Salud y los lineamientos de Cofepris), no se favorece el estudio científico en este tema.
Explicó que el debate se ha concentrado en el uso de la planta como tal y de sus derivados, definidos como una infusión o ungüento, pero esto no es suficiente para hacer estudios científicos. “En ocasiones requerimos de análogos sintéticos de esas sustancias, es decir, compuestos diseñados en laboratorio con efectos similares a los contenidos en la mariguana, esto es muy importante porque nos puede ayudar a conseguir tratamientos que sean incluso más efectivos que la mariguana misma y con menos efectos adversos”. Agregó que para la mayor parte de los estudios sobre este campo tendrían que recurrir a las sustancias sintetizadas. “Ese es su potencial, sin embargo los cannabinoides sintéticos todavía están clasificados por la Ley General de Salud como compuestos de escaso valor terapéutico y que pueden representar un riesgo elevado para la salud pública”.
“Hasta ahora, esto es muy poco para que nosotros logremos en nuestro país el desarrollo de tratamientos que puedan ser más efectivos y seguros que el uso de la planta”.
También dijo que los cannabinoides deberían ser analizados uno a uno y no de manera general, “estos son un conjunto muy grande de moléculas –se conocen alrededor de 100 contenidos en la mariguana- y cada uno de ellos tiene sus propios efectos. El que haya uno de ellos que pueda ser en ciertas condiciones un riesgo para la salud pública, no equivale a decir que todos los cannabinoides, tanto naturales como sintéticos, son un riesgo para la salud”.
El tema, aseguró, se debe abordar con una perspectiva más amplia, “sin embargo no me parece que los legisladores estén buscando la opinión de los científicos y uno como investigador desconoce cuáles son los mecanismos para que fuéramos nosotros quienes tuviéramos la iniciativa para ser escuchados”.
Sobre su uso lúdico, aseguró que lo más importante es que se abra el debate para poder estar informados, pero recalcó que debe estar bien regulado, pues hay peligro para personas en ciertas condiciones, principalmente los niños y jóvenes, donde pueden provocar déficits y alteraciones irreversibles. “Tenemos que tratar de disminuir los riesgos a la salud”.
La sociedad tiene que prepararse
La maestra Carmen Fernández, directora de los Centros de Integración Juvenil, aseguró que tanto el uso medicinal como el consumo personal ya es un derecho ganado y las reglas se están dando con argumentos adecuados para la no criminalización de los usuarios y la prohibición a menores para respetar su derecho a un sano desarrollo, respeto a espacios públicos y la defensa a los no consumidores.
Sin embargo asegura que en estas iniciativas hay un faltante, preparar a la sociedad mexicana con información para decidir, para ello se requiere de un trabajo fuerte de prevención y “no veo ningún espacio en la Ley que diga que lo recaudado se va a ir a prevención de consumo de drogas en general”.
“Se requerirá de presupuesto para prevención, para extender la capacidad sanitaria y tener centros de tratamiento; también para investigación y para formación de recursos humanos especializados en adicciones”.
Recordó que la mariguana no es la única droga “tenemos registradas más de 700 y más de 100 tipos de mariguana, además, existe el poli consumo, derivados anfetamínicos, opioides, inhalables; entonces, hay que tener mucho cuidado con la normatividad e información que vendrá posterior para los padres y jóvenes que en general están bastante desorientados”.
Dijo que los programas de reducción de daño y los centros de tratamiento tampoco han sido contemplados. “Las instituciones sanitarias ya están llenas de casos derivados de consumo de alcohol, tabaco, enfermedades respiratorias, circulatorias, cáncer, daño hepático, entre otras, no caben más”.
Sobre el tema de investigación, agregó que se requerirá saber más de las enfermedades asociadas al consumo crónico de la mariguana, “así como lo tenemos clarísimo con el alcohol y con el tabaco”.
Por último, hizo hincapié en que en ninguna carrera de medicina, psicología, economía, trabajo social u otra profesión está la materia de adicciones, “lo que la gente sabe de esto es por experiencia personal, pero requiere de todo un estudio claro para entender las cantidad de drogas, derivados y las consecuencias que existen”.
Concluyó diciendo que ellos acercarán información a los legisladores, junto con las publicaciones y esperarán la invitación a los foros que se lleven a cabo sobre el tema.