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Cofundador de DeepMind advierte que la IA creará "un gran número de perdedores"

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Mustafa Suleyman sugiere que cada Gobierno debe empezar a respaldar a los trabajadores para evitar el desempleos por la IA

Expansión - Madrid

Mustafa Suleyman sostiene que los gobiernos deberían plantearse cómo ayudar a los trabajadores que pierdan sus empleos a causa de la tecnología.

Los avances en inteligencia artificial amenazarán a los trabajadores de cuello blanco y crearán "un gran número de perdedores" durante la próxima década, según uno de los cofundadores del laboratorio de IA DeepMind, pionero en esta tecnología.

"Sin duda, muchas de las tareas de los trabajadores de cuello blanco serán muy diferentes en los próximos cinco a diez años (...) habrá un gran número de perdedores y estarán muy descontentos, muy agitados", afirmó Mustafa Suleyman, que intervino el martes en el Bridge Forum de GIC en San Francisco. Suleyman abandonó DeepMind el año pasado y creó su propia empresa de chatbot, Inflection AI.

El entusiasmo por los avances de la tecnología se ha visto atenuado por el temor a que, a medida que las herramientas de IA lo revolucionen todo, desde el diagnóstico médico hasta la enseñanza y la redacción de textos, se erradiquen una serie de puestos de trabajo.

Un estudio reciente de Goldman Sachs prevé que los avances en IA generativa podrían aumentar el producto interior bruto mundial anual en un 7% en espacio de 10 años gracias a la mejora de la productividad. Sin embargo, esto podría causar "importantes trastornos" en el mercado laboral, ya que hasta 300 millones de puestos de trabajo están potencialmente expuestos a la automatización.

Suleyman apuntó que los gobiernos tendrían que pensar en cómo apoyar a aquellos cuyos puestos de trabajo serían destruidos, siendo la renta básica universal una solución potencial: "Esto requiere una compensación material (...) Es una medida política y económica de la que tenemos que empezar a hablar en serio".

Las start up de IA han hecho grandes avances tecnológicos en los últimos seis meses, y las empresas han invertido miles de millones de dólares en start up del sector. A principios de año, Microsoft realizó una fuerte inversión en OpenAI, creadora de ChatGPT, valorándola en unos US$30.000 millones.

El lanzamiento de una serie de herramientas como ChatGPT -que permite a los usuarios generar texto, imágenes o vídeos a partir de entradas de lenguaje natural- ha puesto a la "IA generativa" en el punto de mira y ha provocado una gran expectación entre la comunidad inversora en tecnología.

ChatGPT
Google, que adquirió DeepMind en 2014, ha desarrollado sus propios modelos lingüísticos, como LaMDA y PaLM. Pero la empresa se vio sorprendida por el lanzamiento de ChatGPT en noviembre del año pasado.

Con LaMDA, "tuvimos ChatGPT un año y medio antes que ChatGPT. Fue frustrante, más que frustrante, ver cómo ChatGPT explotaba", afirmó Suleyman.

Google, añadió, seguía firmemente en la lucha por dominar la nueva ola de herramientas de IA, pero ChatGPT les había hecho "bailar un poco".

La carrera armamentística entre Microsoft, Google y otros creadores de chatbot, como Inflection y Cohere, que la semana pasada obtuvo US$250 millones, siendo valorada en US$2.000 millones, está ampliando las fronteras de la IA.

"La última década ha estado marcada por la clasificación y la predicción; ahora nos centramos en la interacción (...) La rigidez del formato va a desaparecer y todo va a ser más dinámico y personalizado", afirma Suleyman, cuya empresa lanzó la semana pasada su propio chatbot Pi, abreviatura en inglés de inteligencia personalizada.

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