Colombia y Canadá cumplen siete décadas de relaciones diplomáticas y crecimiento

El inicio de las relaciones diplomáticas entre Canadá y Colombia se remonta a 1953. A la amplia colaboración bilateral generada desde entonces a través de la embajada de Canadá en Bogotá, y lo propio hecho por la representación colombiana en Ottawa, y por los cuatro consulados ubicados en Toronto, Montreal, Calgary y Vancouver; se suma el protagonismo que el comercio, la inversión, y la migración han tenido a lo largo de estas siete décadas.

Hoy, la población colombiana en este país se calcula en 120.000 personas. De ahí que también haya una mayor influencia cultural, reflejada en iniciativas puntales como por ejemplo la obra ‘Botero’ presentada por estos días por el Ballet de Alberta en homenaje al artista antioqueño, y, por supuesto, una mayor presencia de productos y marcas colombianas en las tiendas canadienses.

“El comercio ha unido nuestras sociedades y ha creado vínculos duraderos entre nosotros. Canadá y Colombia están profundizando su cooperación en relaciones comerciales mucho más desde la firma del Tratado de Libre Comercio, que ha facilitado una relación equilibrada y que nos ha beneficiado mutuamente. Muestra de ello es que en los últimos diez años el comercio bilateral se ha más que duplicado, y sólo en el último año aumentó más de 38%”, asegura, Marianick Tremblay, embajadora de Canadá en Colombia.

En 2022 el intercambio bilateral sumó más de US$2.241 millones, dejando un superávit para Colombia en la balanza comercial. Canadá es de lejos hoy el segundo mercado para los floricultores colombianos. 90% de las flores frescas que se encuentran aquí provienen de fincas colombianas, según cifras de ProColombia. Tanto en San Valentín como en el Día de la Madre las rosas colombianas representaron más de 60% del total comercializado durante ambas celebraciones.

A la fecha, más de 8.200 productos colombianos pueden ingresar a este mercado sin arancel por cuenta de lo pactado en el tratado bilateral vigente desde 2011. En este punto, la Cámara de Comercio Colombo Canadiense (Cccc, resalta el papel de la cooperación bilateral. “En el marco del TLC, las agencias sanitarias han sido muy eficientes en adelantar la verificación mutua de procesos productivos con miras a abrir mercado para productos nuevos como lo es el caso los arándanos, derivados lácteos y la carne de bovino que se encuentra en proceso de negociación”, asegura Juan Camilo Vargas, Socio de Cinnetico y miembro de la Junta Directiva de la Cccc.

En materia de inversión, Colombia también se viene consolidando como destino clave. Más de cien empresas canadienses en sectores como infraestructura, energía, minería, petróleo y gas, servicios financieros, servicios de ingeniería, agro y educación, tienen presencia en el país.

“Hemos buscado que esta relación se base en un intercambio de buenas prácticas, por ejemplo, con nuestra estrategia de conducta empresarial responsable en donde las empresas canadienses se han comprometido a apoyar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y ser aliadas en temas tan importantes para Colombia como la paz, la igualdad de género, el desarrollo económico de las regiones, entre otros, a través de la inversión y la responsabilidad social”, señala la embajadora Tremblay.

De igual forma los grandes fondos de inversión, que administran los ahorros pensionales de 21 millones de canadienses y cuyo portafolio asciende a US $536.000 millones, están participando activamente en Colombia. Ejemplo de ello fue la adquisición de 19,3% de las acciones en tiendas D1 por parte de CPP Investments.

Esa mayor presencia de inversionistas canadienses en el mercado colombiano está teniendo un impacto positivo en materia de sostenibilidad. El último informe realizado por la firma Corporate Knights, revela que en el último año la lista de grandes fondos que anunciaron llevar a cero emisiones sus portafolios de aquí al 2050, pasó de dos a nueve. Los activos administrados por estos suman cerca de US$1,8 billones.

Hoy, 30 mineras con operación en Colombia cotizan en la bolsa de Toronto. Un mercado en el que se viene impulsando la transición energética. Tanto los informes de sostenibilidad de las compañías, así como la implementación de buenas prácticas para la reducción de emisiones se miran con especial atención por parte de inversionistas.

“Adicionalmente, son empresas que han jugado un papel determinante en las regiones donde operan al generar valor compartido con aporte al desarrollo sostenible, mediante el fomento de vocaciones y encadenamientos productivos”, agrega Juan Camilo Vargas.

Por cuenta de este mayor dinamismo de la relación Colombia-Canadá hay una mayor conectividad
aérea, representada en vuelos directos desde Bogotá o Cartagena a Toronto y Montreal. Tras la reciente firma del acuerdo de cielos abiertos entre ambas naciones ya no hay límites al número de frecuencias, por lo que se espera que pronto se anuncien más vuelos, desde y hacia diversos destinos
entre Colombia y Canadá.