Globoeconomía

Con despidos y pérdidas en acciones, empresas sienten el default argentino

Nicolás Arias

La economía argentina pasó de la teoría sui generis, como la primera potencia agrícola al déjà vu histórico de las crisis económicas. La mexicana Alsea, que tiene 71 Starbucks, 72 Burger King y un P.F Chang’s, disminuyó su inversión gracias a las restricciones para sacar divisas del país. Grupo Bimbo anunció el traslado de sus oficinas de Buenos Aires a Santiago de Chile. Carrefour, por su parte, anunció una disminución de sus inversiones en el país. La petrolera YPF postergó su próxima emisión de bonos en dólares hasta 2015, ya que en este momento las ofertas de la deuda son de tan solo US$5 por cada dólar de la compañía.

La caída de inversión y de compradores forzó al fabricante de piezas de carros Autopartista de Cristóbal López a rebajar el salario de sus trabajadores a 75%, hasta que la recesión baje. El segundo mayor productor de papas congeladas del mundo, Farm Frites, decidió dejar de operar en Argentina al vender 60% de su filial y solo conservar a título propio 40% restante.

En el segundo trimestre de este año la tasa de desempleo aumentó en un 7.5%, gracias a la inestabilidad del país gobernado por Cristina Kirchner y el “infierno económico” del mismo, como lo tildó diario francés Le Monde.