Conozca lo que cambió y los nuevos programas de Trump en las visas para EE.UU.

El presidente Donald Trump presentó una serie de medidas migratorias con el fin de reestructurar el sistema de admisión de extranjeros en Estados Unidos; cabe resaltar que desde que el mandatario llegó al poder ha prohibido y restringido la entrada al país de varios inmigrantes por razones de seguridad. Sin embargo, se permiten ciertas excepciones para residentes permanentes legales, titulares de visas vigentes y algunas otras categorías, ante esto, Trump presentó nuevos programas como las tarjetas Gold y Platinum que permiten otorgar residencia o estatus migratorio privilegiado a cambio de aportes económicos.

La “Gold Card” exige una inversión de US$1 millón para ser adquirida y, cualquier solicitante que cumpla con este requisito puede aplicar, independiente de su nivel educativo o su experiencia laboral. La idea de este monto es que sea invertido en sectores que permitan que la economía de Estados Unidos crezca, sin embargo, la metodología sobre dónde y cómo hacerlo aún está en proceso. Para las personas que adquieran esta tarjeta se les permitirá ofrecer una residencia acelerada y derechos similares a los de un residente permanente nacional de EE.UU.

Por otro lado, dentro de los programas que presentó el gobierno de Donald Trump se encuentra la “Platinum Card”, la cual está dirigida a personas con un poder adquisitivo mucho mayor ya que, el monto para adquirir esta tarjeta es de US$5 millones. Para quienes accedan a esta tarjeta, los beneficios serán más privilegiados que los que adquieran la Gold, entre ellos se encuentra estatus migratorio más privilegiado, residencia más rápida en el país, menos restricciones en cuanto a renovaciones de las visas y, la posibilidad de avanzar hacia la ciudadanía de forma preferencial en caso de solicitarla.

Estos programas conocidos como “golden visa” existen en países como España, Portugal, entre otros, en el cual se concede la residencia a quienes adquieren bienes raíces o hacen inversiones significativas en el país. Sin embargo, la diferencia con Estados Unidos se centra principalmente en el valor ya que, son montos considerablemente más altos y se presentan en forma de un esquema directo de pago.

El Gobierno estadounidense sostiene que estas tarjetas preferencial buscan atraer capital extranjero, generar inversión en la economía nacional y priorizar a quienes realizan un aporte al país; pese a esto, su implementación requiere de algunas normas específicas que aclaren aspectos clave como el destino exacto de los fondos, sectores elegibles para inversión, plazos de permanencia en el país y la relación que tienen estas tarjetas con en un futuro poder tener la residencia permanente tradicional.

Por otro lado, dentro de los anuncios presentados se encuentran cambios determinantes en el programa de visas de trabajo H-1B, uno de los más utilizados por empresas de tecnología, salud y servicios profesionales para contratar talento extranjero altamente calificado para alguno de los puestos de las compañías. Esta visa permite la entrada y el empleo temporal de profesionales que no son residentes permanentes de EE.UU., pero que cuentan con algún título de licenciatura o superior en alguno de los campos requeridos.

Sin embargo, con la lucha que ha tenido Trump con las personas inmigrantes en el país, decidió imponer ciertas restricciones para este tipo de visas. Entre las principales se establece un cargo único de US$100.000 por cada trabajador aprobado bajo este visado, lo que representa un incremento demasiado alto en los costos de patrocinio para las empresas ya que, este cobro deberá ser asumido directamente por las compañías estadounidenses que contraten trabajadores con la visa H-1B.

Estas implicaciones podrían traer consecuencias graves para las empresas de EE.UU., ya que, las compañías que dependen de capital extranjero para suplir vacantes en diferentes áreas como ingeniería, medicina, entre otros, tendrán que calcular el impacto financiero de este requisito.

Ante esto, organizaciones del área de la salud y empresarios han manifestado cierta preocupación por la posible reducción de profesionales extranjeros dispuestos a trabajar en EE.UU., debido a la carga económica que supone para las instituciones que los contratan.

Además de las tarjetas Gold, Platinum y del ajuste en las visas H-1B, entre otras de las medidas del presidente Donald Trump ante esta lucha contra la inmigración se encuentra la “Visa Integrity Fee”, un nuevo cargo de US$250 para todos los solicitantes de visas no inmigrantes, así como turistas, estudiantes o trabajadores temporales. Este pago se sumará a las tarifas consulares habituales y comenzará a aplicarse a partir de octubre. Sin embargo, las tarifas seguirán incrementando, ya que, autoridades migratorias advirtieron que solicitudes de residencia y permisos de trabajo tendrán incrementos en sus tarifas.