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Conservador Giammattei gana presidencia de Guatemala, promete "reconstruir" el país

Reuters

La participación llegó a 41% de los poco más de 8 millones de guatemaltecos habilitados para votar, la más baja en dos décadas

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El conservador Alejandro Giammattei ganó el domingo la presidencia de Guatemala con una amplia ventaja, en la elección con menor participación popular en décadas, y en sus primeras declaraciones prometió "reconstruir" el país centroamericano golpeado por la inseguridad y la corrupción.

Giammattei, del centroderechista Vamos, lograba 58,37% del respaldo con 97,93% de mesas electorales procesadas, mientras que la exprimiera dama Sandra Torres, del centroizquierdista Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), cosechaba 41,63% de los votos.

La participación llegó a 41% de los poco más de 8 millones de guatemaltecos habilitados para votar, la más baja en dos décadas.

Giammattei, un cirujano de 63 años, ha prometido resucitar la pena de muerte, acabar con la "asquerosa corrupción" y colocar un "muro de inversión" en la frontera entre Guatemala y México para frenar la migración hacia Estados Unidos.

"No fue fácil pero el objetivo se cumplió. Va a ser un inmenso honor ser el presidente de este país que amo tanto", dijo el "doctor" tras conocer los resultados.

"Vamos a reconstruir Guatemala", agregó.

El próximo presidente, que gobernará entre 2020 y 2024, heredará desde enero un país con un 60% de pobreza y ha prometido combatir la corrupción aunque no renovará el mandato de la CICIG, una misión anticorrupción de la ONU que el saliente mandatario, Jimmy Morales, echó del país.

Además, deberá acometer un delicado acto de equilibrismo con Estados Unidos -su mayor socio comercial- luego de que Morales firmó un polémico acuerdo para que Guatemala actúe como muro de contención para los hondureños y salvadoreños que soliciten asilo en esa nación.

"Una victoria de Giammattei ayudaría a garantizar la continuidad de la política macroeconómica, ya que las fuerzas conservadoras en el Congreso probablemente cooperarán con su agenda y aumentarán la gobernabilidad a pesar del número limitado de escaños de su partido", dijo la firma Eurasia.

En la primera vuelta en junio, el partido de Giammattei obtuvo apenas 17 de 160 escaños en el Parlamento. El de Torres, en tanto, logró un tercio de los asientos pero ninguna fuerza tiene mayoría por sí sola.

Al igual que en las presidenciales pasadas, celebradas en 2015, el rechazo a Torres pesó en las urnas. La empresaria de 63 años no ha podido dejar atrás los daños colaterales de una investigación por financiamiento ilícito en aquella campaña.

"Queremos desearle que tenga un gobierno exitoso porque el país lo necesita", dijo Óscar Arqueta, jefe de campaña de Torres.

"Nosotros, como partido político serio, mantendremos una oposición constructiva dentro del Congreso y seguimos siendo un partido fuerte, el que más diputados tiene, el que más alcaldes tiene y estamos dispuestos a colaborar con el país para que salga adelante", agregó.

El abogado Guillermo Castillo, exviceministro de Trabajo entre 2004 y 2005 y director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Guatemala desde 2013 hasta el año pasado, será el segundo de Giammattei.

¿País seguro?
Giammattei ha criticado el pacto de "tercer país seguro" -que ocho de cada 10 guatemaltecos rechaza- y dijo en una entrevista con Reuters que su gobierno trabajará en quitar del acuerdo "cosas que no le convienen a Guatemala".

Pero no está claro hasta dónde podría llegar para frenar el pacto, algo que podría obligar al presidente Donald Trump a retomar sus amenazas económicas contra Guatemala.

Si el acuerdo de "tercer país seguro" finalmente entra en vigencia, representará una gran presión para la débil economía guatemalteca. La ONU estima que Estados Unidos recibió 161,417 solicitudes de asilo de migrantes hondureños y salvadoreños en 2018 y Guatemala apenas acogió 262 solicitudes.

Trump espera que la designación de Guatemala como "tercer país seguro" será suficiente para disuadir a los migrantes de los países vecinos de partir. Pero Giammattei dijo a Reuters: "No creo que haya mucha gente de El Salvador y Honduras que quiera pedir asilo en Guatemala, sobre todo si están huyendo de la pobreza".

Aunque la medida probablemente reducirá los flujos migratorios, Guatemala tiene una infraestructura limitada para absorber a esos migrantes o proporcionarles servicios públicos.

Rechazar el acuerdo también sería problemático para el nuevo gobierno dado el elevado riesgo de represalias de Trump, quien amenazó en el pasado con imponer aranceles, gravar las remesas -que representan un 12% del PIB del país- y lanzar una prohibición de viajes a Guatemala.

"Aquella dinámica apunta a una situación de perder-perder para el próximo gobierno", explicó Eurasia.

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