Depósitos bancarios crecen en Ecuador mientras caen las tasas de interés para los ahorristas
viernes, 26 de diciembre de 2025
De cara a 2026, las proyecciones apuntan a que una mayor estabilidad macroeconómica podría facilitar que parte de estos recursos se canalicen hacia el crédito.
La banca de Ecuador cerró 2025 con un fuerte crecimiento de los depósitos, al tiempo que las tasas de interés pagadas a los ahorristas continuaron bajando. El aumento de la liquidez en el sistema financiero estuvo impulsado por la recuperación de la actividad económica, mayores ventas empresariales y un mejor flujo de ingresos hacia los hogares, lo que llevó a empresas y personas a mantener más recursos en el sistema bancario.
Entre enero y noviembre del año, los depósitos de la banca privada registraron un crecimiento anual cercano a 17%, alcanzando un nivel equivalente a casi la mitad del Producto Interno Bruto. Este mayor volumen de recursos disponibles redujo la presión por captar ahorro, lo que se tradujo en una caída de las tasas de interés que reciben los depositantes, que pasaron de niveles altos en 2024 a rendimientos más moderados en 2025.
La reducción de las tasas también estuvo asociada a un entorno financiero menos riesgoso y a condiciones internacionales más favorables, que abarataron el costo de financiamiento externo para los bancos. En este contexto, las entidades financieras ya no necesitan ofrecer rendimientos elevados para atraer recursos, dado el exceso de liquidez existente.
No obstante, analistas advierten que el aumento del ahorro también refleja cautela por parte de hogares y empresas frente a la incertidumbre económica y política. Aunque la demanda de crédito ha mostrado señales de recuperación, su crecimiento ha sido más lento que el de los depósitos, lo que limita el impacto de la liquidez sobre el consumo y la inversión.
De cara a 2026, las proyecciones apuntan a que una mayor estabilidad macroeconómica podría facilitar que parte de estos recursos se canalicen hacia el crédito. Sin embargo, no se espera un repunte significativo en las tasas de interés para los ahorristas, ya que el sistema financiero no enfrenta, por ahora, un escenario de escasez de liquidez.