Bolivia

Después de 20 años, las elecciones actuales en Bolivia marcan el fin de una era política

Gráfico LR

Los bolivianos saldrán a votar en una segunda vuelta presidencial con dos candidatos de centroderecha y derecha, que cierran 20 años del partido MAS

David Alejandro Realpe Iregui

Bolivia se prepara para un momento decisivo en su historia política reciente, mañana, cerca de ocho millones de ciudadanos acudirán a las urnas en el primer balotaje presidencial desde la reforma constitucional de 2009. Esta jornada estará marcada por el cierre de casi dos décadas de gobiernos socialistas encabezados por el Movimiento al Socialismo, MAS, primero bajo el liderazgo de Evo Morales y, recientemente, de Luis Arce.

Actualmente, el país enfrenta una coyuntura compleja, con inflación elevada, escasez de dólares y una creciente deuda externa; por esta razón, los dos candidatos por los que los bolivianos saldrán a votar en la segunda vuelta son Rodrigo Paz y Jorge Quiroga, representantes del Partido Democrático Cristiano y Libertad y Democracia, respectivamente, con tendencias hacia el centro y centroderecha, marcando así el fin de la izquierda en Bolivia.

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Esta segunda vuelta llega luego de que ningún aspirante alcanzó el umbral necesario de 50% durante la primera rueda en agosto más uno de los votos válidos, o por otro lado, tener al menos 40% con una diferencia de 10 puntos sobre su competidor inmediato.

En este primera vuelta, quien lideró las votaciones fue Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, PDC, que obtuvo 32,14% de los votos a su favor, es decir, 1,6 millones; posteriormente se ubicó quien es ahora su contrincante en las elecciones de mañana, Jorge “Tuto” Quiroga, de la alianza Libertad y Democracia, luego de conseguir 1,3 millones de votos, lo que significa cerca de 26,81%.

Detrás quedaron Samuel Doria Medina con 19,86%, es decir, 1 millón de votos, el aspirante que completó el podio. Sin embargo, luego, más alejados de los principales precandidatos se encuentra Andrónico Rodríguez con 8,22%, Manfred Reyes Villa con 6,62% y Eduardo del Castillo, del MAS, con 3,16%. Los votos nulos, impulsados por un llamado del expresidente Morales, alcanzaron 19,4%, lo que demuestra que, aunque debilitado, el MAS conserva un segmento significativo del electorado. Los votos en blanco se ubicaron en 2,45%, lo que significa 158.270 votos.

LOS CONTRASTES

  • Luis Alberto Villamarín Analista internacional

    “Frente a la realidad de Latinoamérica, no solo de Bolivia, el voto debería ser obligatorio, para forzar a los partidos a robustecer militancia, e incrementar la democracia participativa”.

  • Eduardo RuizAnalista para la Región Andina de Control Risks

    “No es seguro si el próximo gobierno durará varias décadas, como el MAS, pero sí que este momento marca un punto de inflexión. Es probable ver un viraje hacia un modelo económico más liberal”.

Ante esto, Eduardo Ruiz, analista para la Región Andina de Control Risks, aseguró que esta elección simboliza una ruptura histórica tras casi 20 años bajo la sombra del MAS, lo que significa que los bolivianos están optando por una puerta hacia el cambio en estas elecciones. “No se trata solo de un relevo presidencial, sino del fin de una era donde una sola fuerza política dominó el discurso, las instituciones y la agenda nacional. Es una oportunidad para redefinir el estado, reconstruir instituciones y sentar las bases para una democracia más plural y competitiva”, aseguró.

La lucha por la presidencia

En esta ocasión, los bolivianos saldrán a votar entre dos candidatos quienes fueron los que más apoyo recibieron durante las primeras elecciones de agosto: Rodrigo Paz y Jorge Quiroga. Por un lado, Rodrigo Paz Quiroga, perteneciente al Partido Democrático Cristiano, tiene 58 años, es senador por Tarija e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, quien gobernó entre 1989 y 1993; durante su trayectoria ha tenido cargos como diputado y alcalde de Tarija, además de una carrera política que ha transitado por distintas formaciones.

Paz propone un modelo de “capitalismo para todos”, centrado en la estabilidad fiscal y el mantenimiento de las prestaciones sociales; esta campaña busca distanciarse de las ideologías tradicionales, apelando a la necesidad de un Estado menos burocrático y más eficiente. Dentro de sus principales propuestas se encuentra la reducción de impuestos, la legalización de vehículos importados, la descentralización del presupuesto y un programa gradual para disminuir los subsidios a los combustibles, entre otras más.

Por otro lado, Jorge Quiroga, de 65 años, que pertenece al partido Libertad y Democracia, intenta regresar al poder más de dos décadas después de haber sido presidente interino entre 2001 y 2002, tras la renuncia de Hugo Banzer. Quiroga es ingeniero industrial y contiene estudios en Estados Unidos, por esta razón se presenta a las elecciones como un político experimentado y con conocimiento técnico para enfrentar la situación económica del país. Dentro de su trayectoria en el Gobierno boliviano incluye cargos en la Cancillería y en los ministerios de Planeamiento y Finanzas durante el gobierno de Jaime Paz Zamora, además de su paso por la Acción Democrática Nacionalista, ADN, partido fundado por Banzer.

“Ya el mapa político de Bolivia cambió. El MAS perdió la presidencia; el reto es para el ganador, si es capaz de reorientar la desgracia de Bolivia o prolongar la agonía con la corrupción atávica de la derecha”, afirmó Luis Alberto Villamarín, analista internacional.

Las urnas para elegir al próximo presidente abrirán a las ocho de la mañana y cerrarán cerca de las cuatro de la tarde, hora local y, se espera que los resultados preliminares se conozcan hacia las ocho de la noche. Más allá de conocer quien gobernará Bolivia en los próximos años, la jornada marcará el fin de una era política y el inicio de una etapa en la que Bolivia deberá redefinir su rumbo entre la experiencia conservadora y la promesa de un reformismo moderado que se venía desgastando en los últimos años.

Estos son los retos que enfrentará el próximo presidente de Bolivia

La elección de mañana será determinante para definir la dirección política y económica de Bolivia tras la caída del MAS. Ambos aspirantes enfrentan el desafío de estabilizar una economía que atraviesa por una inflación superior de 23% anual, una contracción del PIB de 2,4% en el primer semestre y una severa escasez de divisas y combustibles. Sin embargo, EE.UU. está al tanto ya que ambos aspirantes han expresado su disposición a fortalecer las relaciones bilaterales con Washington y a promover la inversión extranjera.

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