Hacienda

Deuda global llegó a récord de US$226 billones en 2020, según el Fondo Monetario

El FMI alertó que los responsables de la formulación de las políticas deben encontrar el equilibrio entre deuda elevada e inflación

Brayan Xavier Becerra

El Fondo Monetario Internacional dio a conocer que la deuda global aumentó el año pasado a US$226 billones, el monto más grande desde la Segunda Guerra Mundial, por cuenta de la crisis de salud y la profunda recesión causadas por la pandemia de covid-19.

Según el FMI, la deuda ya venía marcando repuntes antes de la pandemia, por la crisis financiera mundial de 2008 y 2009.

“Ahora los gobiernos deben navegar por un mundo de niveles récord de deuda pública y privada, nuevas mutaciones del virus y una inflación creciente”, concluye en su informe el FMI.

En concreto, según el organismo, la deuda global aumentó en 28 puntos porcentuales hasta 256% del PIB mundial en 2020, según la última actualización de la Base de datos de deuda global del FMI.

LOS CONTRASTES

  • Juan David BallénJefe de Investigación Económica de Casa de Bolsa

    “Un alto nivel de endeudamiento no es positivo, porque la mayor parte de los ingresos se termina destinando a pagar la deuda en vez de invertir en proyectos que generen un beneficio a largo plazo”.

  • Sergio Olarte ArmentaEconomista principal de Scotiabank Colpatria

    “El problema no es estar endeudado, sino que la deuda sea más alta de lo que se puede pagar. La deuda puede ser buena, porque facilita invertir en cosas importantes, pero si se puede pagar”.

El endeudamiento de los gobiernos representó un poco más de la mitad del aumento, ya que el índice de deuda pública mundial saltó a un récord de 99% del PIB. La deuda privada de las sociedades no financieras y los hogares también alcanzó nuevos máximos de 98% y 58%, respectivamente.

“La deuda en relación al PIB tanto en economías desarrolladas como emergentes está en máximos históricos. Viene creciendo desde la crisis del 2008 por las bajas tasas de interés y después de la pandemia se elevó aún más para superar la crisis financiera”, dice Juan David Ballén, head of economic research de Casa de Bolsa. Explica también que “un alto nivel de endeudamiento no es positivo, ya que la mayor parte de los ingresos se termina destinando para pagar la deuda, en vez de ser invertidos en proyectos que generen un mayor beneficio a largo plazo, y dificulta que los bancos centrales eleven en una manera significativa la tasa de interés, por lo que encarecería el crédito y dificultaría las refinanciaciones”.

Sobre esto, el informe del Fondo Monetario señala que este aumento de la deuda se justificó, en la mayoría de los gobiernos, por la necesidad de proteger la vida durante la pandemia, preservar los puestos de trabajo y evitar una ola de quiebras.

“Si los gobiernos no hubieran tomado medidas, las consecuencias sociales y económicas habrían sido devastadoras”, precisa el FMI.

Sin embargo, aclara que el aumento de la deuda amplifica las vulnerabilidades, especialmente a medida que se endurecen las condiciones de financiación.

“Un desafío crucial es lograr la combinación adecuada de políticas fiscales y monetarias en un entorno de elevado endeudamiento y aumento de la inflación”, enfatiza el FMI.

“El problema no es estar endeudado, sino que la deuda sea más alta de lo que se puede pagar. La deuda puede ser buena, porque facilita recursos para invertir en cosas importantes, pero hay que asegurar que se pueda pagar. El crecimiento en este momento de la deuda en los países desarrollados no necesariamente es un problema, porque aparentemente la pueden pagar, pero sí puede serlo para los países en desarrollo, ya que solo pueden pagar su deuda si tienen inversión en otros países y la liquidez va a empezar a disminuirse porque las tasas de interés están subiendo”, explica, por su parte, Sergio Olarte Armenta, economista principal de Scotiabank Colpatria.

El FMI dice que los mercados emergentes y los países en desarrollo de bajos ingresos enfrentaron restricciones financieras mucho más estrictas, pero con grandes disparidades entre países. Pero, excluyendo a China, representaron una pequeña parte del aumento, entre US$1 y US$1,2 billones.

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