Globoeconomía

Diez coletazos que tendría el desembargo de Estados Unidos a la economía cubana

Paula Delgado

La Cuba de los carros de 1950, de televisores de caja y de los cafés sin internet podría estar a punto de cambiar si el Congreso estadounidense aprueba desmontar el embargo que el presidente Dwight Eisenhower impuso hace más de medio siglo.

Una serie de modificaciones en el escenario internacional llegarían como consecuencia de la decisión de Estados Unidos de restablecer las relaciones económicas y políticas con la isla si se aprobase el desembargo a un país que estuvo por más de 50 años bajo un gran hermetismo.

En primer lugar, Venezuela, su aliado político más cercano, podría enfrentar una doble crisis. La primera (que ya atraviesa) por cuenta de la peor caída del petróleo y la posibilidad de que el país deba declararse en bancarrota, según advertencias de la agencia Moody’s. En segundo lugar, esta sensibilidad y el distanciamiento ideológico del país bolivariano podría hacer mella en los acercamientos entre Cuba y Estados Unidos.

Sin embargo, Carlos Arévalo, profesor de la maestría en Derecho Internacional de la Universidad de La Sabana y expresidente de la Academia Colombiana de Derecho Internacional, recordó que fue Estados Unidos quien se distanció de Cuba aún cuando este Gobierno le extendió una invitación para conocer las oportunidades de inversión, por lo que no encuentra lógico que Venezuela condene el accionar.

Un segundo punto sería el intercambio financiero entre Estados Unidos y Cuba. Dado que gran parte de la población cubana migró a Estados Unidos (para 2010 había casi dos millones según el Departamento de Inmigración y Extranjería de Cuba) los giros en remesas representan una parte importante del ingreso del país con US$3.500 millones registrados en 2013 según la firma The Havana Consulting Group.

Rubén Sánchez, doctor en Economía y profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, indicó que existe la posibilidad de que si los diálogos entre las partes llegan a feliz término, Estados Unidos invierta en el país llevando parte de su sistema financiero, lo que agilizaría e incrementaría la entrada de remesas pues hoy el Gobierno retiene casi 10% de las transacciones.

Otra consecuencia tiene que ver con la posibilidad de posicionar destinos como La Habana, Guantánamo, Trinidad y los Cayos en el mapa del turismo mundial, fortaleciendo así uno de sus sectores económicos más importantes. Las cifras más recientes de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei) muestran que en 2011 2,7 millones de personas visitaron la isla provenientes especialmente de Canadá (36%), Inglaterra e Italia.

Esto significaría un reto para un país que, en palabras de Arévalo, desapareció de la escena internacional y se aisló de los organismos de control, por lo que necesitaría políticas claras frente a problemas como la prostitución, incluso la infantil, “a los que no se les presentó atención y cuya regulación implicaría cambios sociales positivos”, dijo.

Además, dado el alto nivel de investigación médica que ha alcanzado Cuba, también se promovería el turismo de salud, lo que genera inquietud por acceso a otro tipo de tecnologías y a la firma de alianzas globales con la industria farmacéutica.

La inclusión de este país insular del Caribe en la lista de los que Estados Unidos considera patrocinadores del terrorismo, sería otro de los pendientes.  Por lo menos así lo ha considerado el presidente norteamericano Obama, y en un periodo de seis meses la Secretaría de Estado  deberá proporcionar un informe para saber qué medidas tomar.

La Inversión Extranjera Directa también podría atraer  a los grandes jugadores de las telecomunicaciones, teniendo en cuenta que Cuba tiene una penetración de internet de 5% y que, según la Embajada de Estados Unidos, “es una de las más bajas en el mundo por el costo  y cobertura que es muy limitada”.

El impacto en Colombia

Según el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, Colombia y Cuba tienen vigente un acuerdo  de complementación económica desde 2001. Si bien este país, cuyo PIB es la quinta parte del de Colombia (US$68.230 millones), no le representa un aporte notable a la balanza comercial, “en el espíritu de la no discriminación, promovido por el presidente, Barack Obama, podría facilitar incluso la negociación de un TLC entre los países, como ya se ha hecho con muchos de América”, indicó Hernán Vallejo, Ph. D. en Economía y profesor asociado a la Universidad de los Andes.

Al respecto, el presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Javier Díaz, destacó que habría un mejor ambiente para los exportadores en la medida en que se normalicen las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Su proyección es que el país caribeño demande de Colombia servicios de construcción (en respuesta a esa necesidad de infraestructura turística), así como alimentos preparados para atender el sector de restaurantes, esto a pesar de que el país tiene una deuda con este Gobierno que se ha visto convertida en limitante.

Pero Martín Gustavo Ibarra, presidente de Araujo Ibarra & Asociados y estratega en comercio internacional, no contempla esa posibilidad de inversiones como una decisión acertada dado el tamaño de la economía cubana. “Hay que medir esas proyecciones en sus justas proporciones pero el gran reto de Colombia es aprovechar los mercados del mundo”, dijo.

Con respecto a la posibilidad de negociar con petróleo, descartó su viabilidad dadas las escasas reservas colombianas. Frente a otros productos pidió considerar la balanza comercial de Cuba y su demanda de bienes para evitar que se caiga en el error de entrar a competir en lugar de establecer una relación complementaria. De hecho, parte de la economía de Cuba depende de la producción de azúcar, un bien abundante (este año creció 4,2%) que de ser adquirido por Estados Unidos podría desestabilizar el precio del producto colombiano.

Sin embargo, el país podría aprovechar oportunidades en manufacturas y en lo financiero.

Ahora bien, las negociaciones de paz que adelanta el gobierno colombiano, según Sánchez, también podrían verse beneficiadas en la medida en que Cuba colabore para que se agilice el proceso por medio de su intermediación favorable “y se modifiquen las posiciones de algunos representantes de las Farc.

Diego Cediel, profesor de Ciencias Políticas y Analista Internacional de la Universidad de La Sabana, concluyó explicando que el bloqueo económico fortaleció “una serie de lógicas internas en Cuba que legitimaban y fortalecían el poder de los Castro desde la revolución”, pero que es hora de que el país se inserte en la economía global.

Las opiniones

Diego Cediel
Analista Internacional de la Universidad de La Sabana

“Cuba debe acomodarse a las exigencias de una economía globalizada, transnacionalizada y donde el mercado financiero es el que determina ciertas variables de la política”.

Hernán Eduardo Vallejo
Ph. D. en Economía y docente de la Universidad de los Andes

“Habrá que ver el detalle de las medidas tomadas y el alcance de lo que se puede decidir desde el Congreso de Estados Unidos, lo cual puede no ser fácil y tomar tiempo”.