Diferencia de opiniones de US$30.000 millones llevó a la destitución a CEO de Petrobras
miércoles, 4 de marzo de 2015
Bloomberg
El primero fue el de su ex ministro de Hacienda y actual presidente de Petrobras, que le advertía que la junta analizaba difundir una cifra incómoda: una depreciación de US$30.000 millones que los auditores de la compañía decían que estaba en parte vinculada a pérdidas relacionadas con el escándalo. El presidente abandonó la reunión para llamar a su benefactora política a los efectos de evaluar la difusión, dado que consideraba que la cifra era producto de una metodología defectuosa. Rousseff coincidió.
El segundo llamado, algo más tarde, fue el de Maria das Graças Foster, la máxima responsable ejecutiva de Petrobras, a quien Rousseff había designado tres años antes. Su opinión era que, según la ley brasileña, la cifra de US$30.000 millones, defectuosa o no, debía difundirse porque, si la junta ya conocía la cantidad, también el mercado tenía derecho a conocerla.
Foster tenía conciencia de que Rousseff prefería que la cifra no se diera a conocer y esperaba que la presidenta, una buena amiga suya, entendiera su posición, según tres personas que conocían lo que pensaba Foster y que pidieron que no se revelara su identidad porque no están autorizadas a hablar.
Luego de 10 horas de reunión de la junta directiva, la cifra se incluiría en una nota en el esperado y retrasado informe de ganancias del tercer trimestre de Petrobras, pero a Foster le costaría caro. El 6 de febrero, Rousseff la reemplazó por Aldemir Bendino, máximo responsable de Banco do Brasil SA, un ejecutivo popular en el Partido de los Trabajadores de Rousseff.
“Se alejó a Foster por sus virtudes, no por sus defectos”, dijo Adriano Pires, que dirige la firma consultora CBIE, que tiene sede en Río de Janeiro.
La designación de Bendino hizo bajar ese día un 6,9 por ciento las acciones de Petróleo Brasileiro SA. Para quienes critican a la mandataria, los actos de Rousseff demuestran que se encuentra atrapada entre sus inclinaciones populistas de seguir dirigiendo Petrobas como un apéndice de energía del estado y la necesidad de sanear la compañía como elemento clave de la reanimación de una economía brasileña vacilante. Algunos dudan de que Petrobras pueda desarrollar todas sus posibilidades si no se resuelve este conflicto.
“Hay demasiada interferencia del gobierno. El mercado esperaba que una administración más independiente restableciera la credibilidad”, dijo Marcos Duarte, un administrador de cartera de Polo Capital Gestao de Recursos Ltda., que tiene sede en Río de Janeiro. “La designación no ayudó”.
Rousseff, que se negó a conceder una entrevista para este artículo, había defendido a Petrobras. Dijo que la reciente reducción de la nota de la deuda de Petrobras a la categoría de basura por parte de Moody’s Investors Service refleja una profunda falta de comprensión de quienes critican a la compañía. “Pienso que es una falta de conocimiento directo de lo que en verdad pasa en Petrobras”, dijo la presidenta a la prensa el 25 de febrero. “No tengo dudas de que Petrobras será una compañía con gran capacidad de recuperarse de esto sin consecuencias importantes”.
Lealtad y decepciones
El reemplazo de Foster que dispuso Rousseff también ha roto el vínculo de lealtad que ambas habían forjado en más de una década como aliadas que se destacaban en un mar de hombres poderosos. La partida de Foster contribuye a un mayor aislamiento de Rousseff al sumarse Foster al grupo de estrechos colaboradores que han ido quedando al margen en diversas purgas gubernamentales.
Foster no contestó las solicitudes de declaraciones. El relato de cómo se separaron ella y Rousseff se conformó mediante entrevistas a más de 20 personas –ejecutivos, funcionarios del gobierno, consultores y académicos-, algunas de las cuales pidieron que no se revelara su identidad porque no tienen autorización para hacer declaraciones.
Para Brasil y millones de brasileños comunes, Petrobras se ha convertido en una incomodidad y un motivo de indignación a pesar de que esperan una recuperación. Hace apenas cinco años, la compañía era la niña mimada del mundo de la energía global y pudo obtener la asombrosa cifra de US$70.000 millones en una venta de acciones porque los descubrimientos de gas natural y petróleo en aguas profundas eran tan enormes que se estimaba que llevarían a Brasil a décadas de crecimiento.
Petrobras ha perdido US$270.000 millones de valor desde que alcanzó una capitalización de mercado de US$310.000 millones en mayo de 2008. Sus grandes reservas offshore ofrecen a Petrobras una salida de la situación actual. Dadas sus enormes reservas, y si se tiene en cuenta el ímpetu explorador que llevó a la compañía a hacer esos hallazgos hace una década, “Petrobras sigue siendo líder en la industria”, dijo Bob Fryklund, vicepresidente de la firma consultora en energía IHS Cera.
Petrobras se negó a hacer declaraciones para este artículo.