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Dilma Rousseff promete un nuevo esfuerzo nacional

Expansión - Madrid

La presidente brasileña, Dilma Rousseff, se reunió ayer con gobernadores y alcaldes de todo el país para discutir el Pacto Nacional por la mejoría de los servicios públicos que propuso el viernes pasado en respuesta a las manifestaciones que sacuden a Brasil desde hace dos semanas

La jefe de Estado, que había invitado para el encuentro en el Palacio de Planalto a los gobernadores de los 27 estados del país y a los alcaldes de las capitales regionales, habló además de endurecer el combate a la corrupción y contratar médicos extranjeros para mejorar la cobertura de la salud pública. También dijo que su gobierno está dispuesto a mejorar el ineficiente transporte público en las grandes ciudades del país, reduciendo, por ejemplo, los impuestos al diesel para el metro y los trenes de cercanías.

Además, propuso la realización de un plebiscito para llevar a cabo una reforma política en el país que autorice un proceso constituyente específico para la reforma política.

El reto de Rousseff
Expertos coinciden en que el verdadero reto de Dilma Rousseff es calmar las protestas sin desequilibrar la economía. Y es que a pesar de que prometió un nuevo esfuerzo nacional para mejorar el transporte y los servicios de salud, demandas clave de las masas de manifestantes que salieron a las calles este mes, el problema es que un mayor gasto es justo lo opuesto a la receta que muchos economistas afirman que es esencial aplicar para controlar el aumento de la inflación y los déficit del país.

El movimiento de protesta tomó forma hace unas semanas debido a alzas en las tarifas de autobús en São Paulo y creció hasta convertirse en un amplio repudio a los servicios gubernamentales y la corrupción en general. Ahora, la situación puso en aprietos a las autoridades brasileñas. Antes de que comenzaran las protestas, las conversaciones en Brasilia se centraban en cómo recortar el gasto en momentos en que el real cayó a su nivel más bajo desde 2009.

“El problema que tienen es que necesitan calmar a dos pares interesadas muy nerviosas, el mercado y la población, y están pidiendo cosas distintas”, indicó Pedro Barbosa, socio del fondo de cobertura STK Capital, con sede en Río de Janeiro.