Dominicanos reciben su tercera dosis de vacuna mientras el covid-19 crece en Haití
martes, 27 de julio de 2021
La nación de casi 11 millones de personas se apresura a proveer dosis de refuerzo mientras la pandemia se desata en su desamparado vecino
Bloomberg
En un lado de La Española se encuentra Haití, una de las últimas naciones del hemisferio occidental en suministrar a su población una primera dosis de la vacuna contra el covid-19. Del lado opuesto está República Dominicana, uno de los primeros países en ofrecer una tercera dosis.
La nación de casi 11 millones de personas se apresura a proveer dosis de refuerzo mientras la pandemia se desata en su desamparado vecino, Haití, desafiando las críticas de organizaciones mundiales de salud según las cuales no hay evidencia científica que demuestre que sean necesarias.
El esfuerzo de inmunización de República Dominicana es uno de los más fuertes de América Latina, usando principalmente vacunas chinas de Sinovac para proteger a casi el 50% de su población con al menos una dosis. Pero los residentes están comenzando a cuestionar la eficacia de Sinovac en comparación con las vacunas de ARNm. Desde que el Gobierno dijo el 30 de junio que proporcionaría vacunas de refuerzo de ARNm, casi 289.000 personas han sido vacunadas por tercera vez, incluyendo al presidente, Luis Abinader.
Mientras tanto, Haití ha tenido una de las campañas de vacunación más débiles de la región. Incluso mientras lidia con el reciente asesinato del presidente Jovenel Moïse, el país más pobre del hemisferio occidental recibió su primer envío de vacunas contra el covid-19 apenas el 14 de julio.
En todo el mundo, los países relativamente ricos avanzan con dificultad para usar todas sus vacunas, mientras que las naciones pobres prácticamente carecen de ellas. Los países de bajos ingresos representan casi el 20% de la población, pero solo han recibido el 2% de las vacunas, según el sistema de rastreo Bloomberg Vaccine Tracker.
Arthur L. Caplan, director de la división de ética médica del sistema de salud Langone de NYU, dijo que los países más ricos deben ayudar a combatir un virus que no reconoce fronteras.
“Ha habido algunas instancias en que países vecinos han compartido las vacunas, pero no muchas”, dijo Caplan. “Hemos fracasado, miserablemente, en distribuir los suministros que tenemos a los más necesitados. Eso es un fracaso moral total”.
La Española, la isla caribeña que comparten República Dominicana y Haití, es un microcosmos de disparidad global.
Al comienzo de la pandemia, Haití cerró sus fronteras y mantuvo a sus ciudadanos relativamente seguros, mientras que República Dominicana, dependiente del turismo, casi 10 veces más rica, se convirtió en un foco viral. Hace un año, reportaba más casos que cualquier otro país caribeño. Ahora, los países han intercambiado puestos.
La coexistencia de estas naciones en una isla pequeña es históricamente compleja. Muchos haitianos viajan al este en busca de trabajo y mejores condiciones de vida, y la inmigración ilegal es uno de los principales factores que contribuyen a la tensión. Caplan considera que Haití podría generar nuevas variantes que podrían traspasar la frontera dominicana.
República Dominicana se une a Baréin, Indonesia y Tailandia en una iniciativa de refuerzo de las inoculaciones de Sinovac y Sinopharm con vacunas ARNm, aunque expertos coinciden en que las vacunas chinas reducen de manera efectiva las hospitalizaciones y las muertes.
“Lo que buscamos es una cobertura extra contra las variantes, para aumentar los anticuerpos entre los pacientes y evitar reinfecciones y hospitalizaciones”, dijo el ministro de Salud Pública, Daniel Rivera, en una conferencia de prensa el mes pasado.
La campaña comenzó el 16 de febrero. El Gobierno ha establecido más de 1.300 sitios de vacunación en sus 31 provincias, 19 de las cuales están ubicadas cerca de la frontera.
Las terceras dosis, principalmente de Pfizer Inc. y AstraZeneca Plc, están oficialmente priorizadas para los trabajadores de la salud y aquellas personas con afecciones subyacentes, aunque están ampliamente disponibles para todos. Aquellos que deseen recibir la tercera dosis deben esperar al menos un mes después de la segunda dosis y recibir una vacuna diferente a las dos anteriores. Todas las personas con una dirección dominicana permanente son elegibles.
La nación ahora registra alrededor de 400 nuevos casos diarios, por debajo del pico de 1.300 a principios de junio. El avance es crucial para reactivar su economía dependiente del turismo. República Dominicana finalmente está recibiendo más visitantes, con aproximadamente un 20% más el mes pasado en comparación con mayo. El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía crecerá un 5,5% este año.
“Las perspectivas económicas son alentadoras, respaldadas por la reapertura de la industria del turismo y el ritmo sostenido del despliegue de la vacuna”, escribieron estrategas liderados por Regis Chatellier en una nota el martes pasado alentando a clientes a comprar bonos dominicanos. “A pesar del aumento de la deuda y un mayor déficit fiscal en 2020, la economía se benefició enormemente del colchón que esto proporcionó”.
Pero las organizaciones mundiales de salud están menos impresionadas. La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud instaron a República Dominicana a retrasar la tercera dosis.
La oficina de la vicepresidenta, Raquel Peña, quien supervisa el programa de vacunación, no respondió preguntas sobre la iniciativa de la tercera dosis.
Cifras dudosas
Haití no inició una campaña de vacunación para sus 11 millones de habitantes hasta después del asesinato de su presidente el 7 de julio, que aún está bajo investigación en medio de la violencia y la inestabilidad política.
Las cifras oficiales muestran que Haití ha reportado casi 20.000 casos de covid-19 y más de 500 muertes, pero los médicos coinciden en que estas cifras son inferiores a la realidad. Haití ha tenido altas tasas de hospitalización y muerte, y los atestados refugios podrían convertirse en focos de covid-19.
Ralph Ternier, médico director de atención comunitaria y apoyo de Partners in Health Haití, que trata a la población pobre, está preocupado. “Es posible que el país no tenga los recursos para responder, por eso en este momento nos estamos enfocando realmente en la vacuna”, dijo.
Manos amigas
Pedro Ureña, cardiólogo dominicano, considera que la frontera haitiano-dominicana, altamente permeable, es una amenaza. Ureña criticó abiertamente la iniciativa de la tercera dosis y cree que los recursos dominicanos podrían haberse utilizado de manera diferente.
“Haití tiene una pésima situación de covid”, dijo. “Las tasas de hospitalización y de mortalidad son muy altas. El problema es que, dado que no tienen estadísticas muy confiables, lamentablemente no podemos saber realmente la magnitud del problema. Pero entiendo que eso hace que tengamos que ser aún más cuidadosos con el flujo migratorio hacia este país”.
Caplan dijo que ayudar a su vecino mientras se protege a sí mismo no es mutuamente excluyente. De hecho, es fundamental.