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Ecuador sigue dependiendo de Colombia para suplir su déficit energético actual

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De los casi 1.900 megavatios de potencia instalada en las centrales térmicas, en julio de 2025 apenas estaban en operación 834 megavatios

Santiago Arrieta

El embalse de Mazar, que forma parte del complejo hidroeléctrico Paute-Molino en la provincia del Azuay, se encuentra prácticamente en su capacidad máxima de almacenamiento, con un nivel de 2.152,9 metros sobre el nivel del mar registrado el 1 de septiembre de 2025.

Sin embargo, el gran problema es que el caudal de ingreso al embalse se ha reducido de manera significativa. Mientras el 27 de agosto alcanzaba los 203,1 metros cúbicos por segundo, apenas cuatro días después bajó a 51,7, lo que representa un riesgo para la generación eléctrica. Este complejo es estratégico para Ecuador porque aporta cerca de 41 % de la demanda eléctrica nacional en un día promedio.

El experto eléctrico, Gabriel Secaira afirma que nada está asegurado para la situación energética de Ecuador. La realidad es que todo depende de que Colombia nos venda energía, recalcó Secaira.

A pesar de que los embalses del país están llenos en 95 % de su capacidad, el descenso del caudal que alimenta a Mazar, junto con la baja disponibilidad de generación termoeléctrica, incrementa la posibilidad de cortes de luz en el actual período de estiaje.

De los casi 1.900 megavatios de potencia instalada en las centrales térmicas, en julio de 2025 apenas estaban en operación 834 megavatios. Frente a este panorama, el Gobierno ha tenido que adoptar medidas de contingencia. Entre ellas se cuenta la contratación de tres barcazas de generación eléctrica provenientes de Turquía, con capacidad de 299 megavatios; la entrada en operación de la central Toachi-Pilatón, que aporta 200 megavatios; y la incorporación de la central El Descanso, que suma otros 20 megavatios al sistema.

Gracias a estas acciones, el déficit de generación eléctrica se ha reducido, aunque todavía se estima en alrededor de 430 megavatios. No obstante, el riesgo de apagones persiste si la sequía se prolonga y los caudales de los ríos que alimentan a los principales embalses continúan en descenso.

Las autoridades energéticas explicaron que se mantiene un monitoreo constante del nivel de Mazar y de otros embalses, ya que son la principal reserva del país durante la temporada de bajos aportes hídricos. La expectativa es que con el arribo de lluvias hacia finales de año se pueda aliviar la presión sobre el sistema eléctrico nacional, mientras tanto se mantendrán las medidas extraordinarias para asegurar el suministro.

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