Efectos que tendría la reducción de jornada laboral en bienestar y salud en Uruguay
miércoles, 14 de agosto de 2024
El Instotuto de Estadístixa sealó que el total de asalariados en 2023 ascendió a 1.211.000, de los cuales 523.000 realizaban más de 40 horas semanales
El Observador - Montevideo
El Plenario Intersindical de Trabajadores - Convención Nacional de Trabajadores, Pit-Cnt, presentó a principios de semana una campaña que promueve la reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario. Se trata de una vieja bandera de la central sindical que se había vuelto a colocar en agenda el pasado 1° de mayo.
Por esa vía se promueve una ley que disponga un máximo de 40 horas semanales con pago de 48 horas, y la apertura de procesos de negociación por rama y sector de actividad para definir el alcance y la aplicación gradual de esta medida.
“Es de absoluta justicia reclamar que luego de más 100 años que en nuestro país no se ubican límites adicionales a la reducción del tiempo de trabajo, se apruebe una ley con las transiciones y gradualidades que sea necesario. (…) Esto es absolutamente posible y beneficioso”, dijo el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, durante el evento.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el total de asalariados en 2023 ascendió a 1.211.000, de los cuales 523.000 realizaban más de 40 horas semanales. Dentro de este grupo, 267.000 asalariados trabajaban menos de 48 horas, en tanto que 158.000 lo hacían 48 horas y 98.000 tenían un régimen de trabajo que excedía las 48 horas a la semana.
La central sindical elaborará un proyecto de ley que será presentado en los próximos días. “Va a ser una ley que nosotros vamos a impulsar con todos los legisladores de todos los sectores políticos, pero ubicando esto como debate ahora, este año, que es un año de campaña en el cual la población habrá de definir el Parlamento nacional y quiénes administran los destinos de la República”, dijo el dirigente en declaraciones públicas.
En ese marco, el Instituto Cuesta Duarte divulgó un informe técnico elaborado por Federico Araya y Pablo Blanchard, del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas y Administración.
Uno de sus capítulos analiza distintas experiencias internacionales sobre la reducción de la jornada de trabajo que se han procesado en los últimos 50 años. Además, realiza una revisión de literatura académica que estudia los efectos de las reducciones en la jornada laboral sobre dimensiones relevantes en términos económicos, sociales y de salud.
Jornada laboral y jornada laboral efectiva
Según Araya y Blanchard, un primer nivel de análisis implica entender si las políticas de reducción de la jornada laboral son efectivas en provocar una caída de las horas trabajadas de aquellas personas afectadas por la reforma. Esto, porque según explican, no es obvio que suceda.
A modo de ejemplo, podría ocurrir que las empresas reaccionen pagando más horas extras, y que de esa manera las horas trabajadas totales permanezcan estables. También podría pasar que las personas utilicen la reducción en la jornada para trabajar en otros empleos o que se incrementen las horas en la informalidad o no declaradas.
El estudio al que accedió El Observador da cuenta que existe evidencia “robusta” de que estas reformas generan reducción en las horas efectivas trabajadas, y menciona casos de Corea del Sur, Portugal y Francia, entre otros. A modo de ejemplo, dice que en Francia una reforma del año 2000 que implicó reducción de cuatro horas semanales se tradujo en reducción efectiva de dos horas semanales promedio.
Efectos sobre empleo
El posible efecto de la reducción de la jornada laboral sobre el empleo es uno de los puntos más discutido cuando se diseñan y analizan estas políticas.
Araya y Blanchard explican que un argumento contrario a reducir la jornada laboral sostiene que, disminuir el tiempo de trabajo manteniendo los niveles salariales constantes, provoca un aumento del costo salarial por hora trabajada, lo que genera presiones a las empresas las cuales podrían responder reduciendo la demanda de mano de obra, y de esta manera, podría aumentar el desempleo.
También de forma simplificada, según los autores, se puede argumentar que la reducción de la jornada de trabajo podría generar efectos positivos sobre el empleo: dado un volumen y una tecnología de producción, reducir la jornada puede provocar la creación de nuevos empleos, redistribuyendo el tiempo de trabajo entre las personas.
Los investigadores dan cuenta que la mayoría de los artículos relevados no encuentran efectos significativos sobre el empleo, ni positivos ni negativos.
Por otro lado, dan cuenta que algunas reformas como la realizada en Francia en el año 2000 se impulsaron con el objetivo de reducir el desempleo. Esa línea argumental no tiene respaldo empírico, pero tampoco la idea contraria de que incrementa el desempleo.
Efectos sobre bienestar
El estudio sostiene que uno de los argumentos recurrentes utilizados por los gobiernos para reducir la jornada laboral es el impacto positivo sobre el bienestar de los trabajadores. En ese sentido, afirma que la evidencia empírica parece corroborar la existencia de este efecto.
Según se explica, en Portugal y Francia se encontró que la reducción de la jornada “indujo a mejoras persistentes en los niveles de satisfacción con el trabajo y con el tiempo de ocio”.
Esto sucedió principalmente entre aquellos individuos que reportaron la existencia de estructuras de representación de los empleados en sus lugares de trabajo. En ese sentido, marcaron como relevante la importancia de combinar reducciones legales de la jornada laboral con negociación colectiva en consejos de salarios.
Esto “principalmente para evitar que las reducciones sean respondidas por parte los empresarios con un incremento de la exigencia por hora a los trabajadores”, dijo Blanchard.
Efectos sobre la salud
Hay evidencia para Francia y Corea del Sur que la reducción de la jornada de trabajo disminuye la probabilidad de fumar entre las personas afectadas. Este efecto se concentra en trabajadores que realizan tareas principalmente físicas.
En el sector público de Alemania existe evidencia sobre consecuencias adversas de aumentar las horas de trabajo. Específicamente, una hora adicional de trabajo deteriora la salud auto-percibida en casi un 2% y aumenta el número de visitas al médico en aproximadamente un 13%, lo que señala costos considerables en atención médica. En particular esto se da en mujeres con hijos a cargo, dice el estudio.
También se mencionan estudios que examinan los efectos de la reducción de la semana laboral en Corea del Sur sobre los comportamientos de salud de los trabajadores, explotando el hecho de que la reforma implementada entre 2004 y 2011 se produjo de forma gradual según los tamaños de las empresas.
Los resultados revelan que la reducción de las horas de trabajo induce a las personas a hacer ejercicio regularmente y disminuye la probabilidad de fumar, con efectos más pronunciados para los varones, los grupos de mediana edad y las personas más fumadoras.
En Suecia la reducción de la jornada en el sector de la salud mejoró la calidad del sueño, redujo la fatiga mental y los síntomas cardíacos y respiratorios.
Efectos sobre género
En este punto, el estudio dice que la brecha de género en el salario se reduciría considerablemente, si las empresas no tuvieran un incentivo para recompensar, de manera desproporcionada, a las personas que trabajan largas horas y en horarios específicos.
“La idea es que uno de los motivos de la persistencia de brechas salariales por género, es que las horas de trabajo, en muchas ocupaciones, valen más cuando se realizan en momentos específicos y de manera más continua. Es decir, existen ocupaciones donde los ingresos tienen una relación no lineal con respecto a las horas trabajadas. Un horario flexible y extenso a menudo tiene un costo elevado, especialmente en algunas ocupaciones que requieren alta formación. Estas características representan una barrera a la entrada y a la permanencia de mujeres en ocupaciones de altos ingresos”, explica el texto.
Efectos sobre productividad
El efecto de la reducción de la jornada sobre la productividad por hora es muy relevante, porque de existir un incremento en la productividad al reducirse la jornada, se contrarresta (en parte) el aumento de costos salariales que implica la reducción de la jornada para las empresas, dice el trabajo.
Araya y Blanchard señalaron que es uno de los puntos más difíciles de estudiar y que no tiene análisis confiables para un país entero, sino solo por empresa o sector. En esos casos, en general se encuentran efectos nulos sobre la productividad o efectos positivos pero pequeños, indicaron.
Otra dimensión abordada es la distinción entre incrementos de productividad por reducción de la fatiga o reorganización de procesos productivos, de aquellos que se dan solo a costa de un incremento de la exigencia por hora de trabajador.
Estudios realizados en el sector de la salud en EEUU constataron que turnos más largos generan que esos trabajadores tiendan a cometer “errores graves” sobre el final de la jornada laboral, consigna la investigación disponible en el sitio web del Instituto Cuesta Duarte.