El 90% de las empresas que tienen alto riesgo presentan signos de alarma por el Covid-19
sábado, 7 de marzo de 2020
De las empresas apalancadas que analiza Moody's, solo 40 no muestran ningún indicador adelantado de riesgo de impago de la deuda
Expansión - Madrid
La crisis del coronavirus ha cortado en seco la mejor racha de la historia para las empresas con más riesgo (las que tienen ráting high yield). La liquidez ha fluido a raudales hacia ellas, hasta el punto de que el arranque de 2020 ha roto varios récords de volumen en Europa. Todo ello, a pesar de que el Viejo Continente y sus compañías habían comenzado a dar signos de alerta antes incluso de que el coronavirus empeorara aún más la situación.
Los fondos que consiguieron las compañías europeas más endeudadas rozaron los 40.000 millones de euros solo en enero, según la medición de Moody's, la cifra más alta para ese mes que se ha dado nunca en los registros de la agencia de ráting. La mayoría del dinero procedió de préstamos, una partida que ha dinamitado todas las marcas: los más de 25.000 millones suponen el máximo histórico para cualquier mes. Los bonos crecieron igualmente, pero de forma más moderada. Los 14.320 millones emitidos son el volumen más alto desde abril de 2018.
Más que en un trimestre
No se acaban ahí las referencias que hablan de un arranque de 2020 excepcional. La financiación de enero es un 50% más alta que la amasada durante todo el primer trimestre del año pasado y supone el 70% de la levantada en el mismo periodo de 2018.
La caída de los tipos de interés ha sido la clave de ese crecimiento. Los inversores han buscado alternativas que dieran algo de rentabilidad, aunque supusiera un riesgo adicional, y ahí estaban las empresas más endeudadas y con rátings más bajos para responder a sus deseos.
Con una demanda cada vez más alta, las compañías han conseguido financiarse a costes históricamente bajos y lo aprovecharon para llenar sus alforjas y para refinanciar los fondos logrados previamente a precios más caros, según aseguran fuentes financieras. Pero estas mimas fuentes añaden que la fiesta ha llegado a su fin. El coronavirus ha congelado la financiación para estas compañías.
La nueva crisis ahonda algunas alarmas que ya habían comenzado a encenderse. "Con la economía global encaminándose a un menor crecimiento en 2020, los signos adelantados de alerta indican un crecimiento de los impagos", explican los analistas de Moody's en un informe. La firma calcula que la tasa de defaults pasará del 1,5% de 2019 a una horquilla entre el 3% y el 4% este año, lo que supone más que duplicarse. Y eso sin tener en cuenta el impacto del virus.
La agencia vigila permanentemente el universo de compañías high yield europeas y va viendo las amenazas que se ciernen sobre ellas. Esa información es la que usa para calcular la capacidad de resistencia de cada una y, ahora mismo, este índice no está en su mejor momento.
De las empresas apalancadas que analiza Moody's, solo 40 no muestran ningún indicador adelantado de riesgo de impago de la deuda. Eso significa que el 90% del total europeo presenta al menos un signo de peligro y son muchas las que tienen dos, tres o más advertencias pendiendo sobre sus cabezas.
Moody's aclara que no todas esas compañías van a impagar su deuda. Es más, "la mayoría de ellas no lo van a hacer", asegura.
Mientras que el porcentaje de entidades con avisos llega al 90%, la tasa de impagos o quiebras que calcula la agencia se queda en un máximo del 4% en Europa en 2020. Eso sí, cuantas más señales se acumulen sobre una misma compañía, más papeletas tiene para ser una de las que caiga. Y las hay que tienen más de nueve.
Desaceleración
El parón al que se enfrenta la economía es el principal culpable del crecimiento de los signos de alerta, ya que ha activado los avisos en muchas entidades que tienen una alta exposición al ciclo, como las del sector de automoción, transporte o las aerolíneas. En cambio, las empresas energéticas o de telecomunicaciones están más protegidas.
También hay señales que afectan a todos los sectores por igual, como un endeudamiento excesivo que anticipa rebajas de ráting.