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El Banco Central Europeo acierta en sus decisiones, pero se queda corto

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Stephanie Lindeck, analista de Julius Baer, reconoce que el efecto real de las medidas del BCE es difícil y complejo de medir, de forma que sólo se conocerá su efecto real en los datos más relevantes y a largo plazo, reconoce que el BCE se ha vuelto más agresivo en su política monetaria. «El coste de no nacer nada para combatir el riesgo deflacionario es superior a los posibles efectos negativos de la inyección de liquidez, como es un recalentamiento de los precios de los activos», explica la experta.

La analista de Morgan Stanley Elga Bartsch reitera su mensaje de los últimos meses: «Las perspectivas de un plan de recompra de activos a gran escala es limitado». Además, afirma que las medidas apoyan su opinión acerca de que el principal objetivo del BCE en la actualidad es «reiniciar el sistema bancario» para abaratar el préstamo y reestabilizar los flujos de crédito». Por lo tanto, Bartsch adelanta que «vigilará de cerca los flujos monetarios y de crédito los próximos meses para ver si las medidas han tenido un impacto material en la recuperación del crédito.

Desde JPMorgan, el analista de renta variable Kian Abouhossein, cree que las medidas, como mínimo, crean una fuerte liquidez que se traduce en menores costes de financiación, mejora de la calidad de los activos y una potencial liberación de capital para la banca. En este escenario, reitera su estrategia de inversión en el sector bancario, en la que Banco Popular es uno de sus preferidos por la mejora en su ROE.

A contracorriente

Si bien los analistas son optimistas respecto al impacto que tendrá el aumento de liquidez en las Bolsas, Peter Garnry, estratega de renta variable del Saxo Bank, va a contracorriente de la opinión generalizada. «La diferencia entre el programa de compra de activos de Mario Draghi es completamente diferente, en términos de valoración, al aplicado por el ex presidente de la Fed Ben Bernanke», explica el experto. Garnry explica que las valoraciones del mercado estadounidense y europeo están muy parejas, pero las perspectivas de ambas economías cuentan con notables diferencias.

«En EEUU, el mercado doméstico crece a un ritmo del 3% anual, con amplios márgenes operativos y perspectivas al alza. Por el contrario, en Europa las expectativas a futuro son planas y los márgenes se encuentran bajo presión con varios baches en el camino debido al conflicto con Rusia», detalla el experto. En este punto, recuerda que las medidas que tomó Bernanke redujeron los costes de financiación tanto en el sector público como privado y, como resultado, hubo dos años (2012 y 2013) de rápida expansión de múltiplos ya que el futuro era más «brillante».

Por este motivo, Garnry concluye que en Europa no sucederá lo mismo porque los múltiplos a futuro ya reflejan una mejora de las perspectivas, cuando en realidad todo está bastante nublado. Por lo tanto, sentencia que será improbable que «el programa de compra de activos del BCE sea la salvación para los inversores en Bolsa europea».

Divisas

También hay opiniones contrapuestas respecto al efecto de las medidas en el mercado de divisas. En Fidelity se suman a la idea generalizada de que el recorte en la tasa de depósito es, en su opinión, «un intento directo de debilitar el euro y parece que ha funcionado». En la gestora opinan que esta depreciación de la moneda única beneficiará a las exportadoras.

Stephanie Lindeck, analista de Julius Baer, también cree que las deciones del jueves del BCE serán negativas para la evolución del euro frente al dólar a corto plazo. Sin embargo, apunta que, en un horizonte de largo plazo, la tendencia para la moneda única es alcista. La analista apoya su opinión en el creciente superávit en la balanza de pagos y en unos tipos de interés reales más negativos en la eurozona respecto a EE.UU.