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El BCE modifica su discurso para dar un paso más hacia la normalización monetaria

Bloomberg

Elevó su previsión de crecimiento para este año.

Expansión - Madrid

El BCE ha eliminado las referencias a ampliar sus compras de deuda, lo que se interpreta como un mensaje hacia la normalización monetaria. La entidad, que ha mantenido los tipos en el 0% y los depósitos en el -0,4%, ha elevado una décima la previsión de crecimiento para este año, al 2,4%, y ha rebajado el IPC de 2019 al 1,4%.

El Banco Central Europeo (BCE) ha dado un paso más hacia la normalización monetaria eludiendo en su habitual discurso de las 13:45 horas la referencia a no ampliar las compras de deuda bajo su programa conocido técnicamente como APP, según sus siglas en inglés (programa ampliado de compras de activos) y más comúnmente por su genérico QE (Quantitative Easing o expansión cuantitativa). En concreto, ha suprimido la frase: "si las perspectivas fueran menos favorables, o si las condiciones financieras fueran incompatibles con el progreso del ajuste sostenido de la senda de inflación, el Consejo de Gobierno está preparado para ampliar el volumen y/o la duración del programa de compras de activos".

La omisión de esta frase al completo supone comenzar a neutralizar su 'forward guidance'u 'hoja de ruta', lo que supone eliminar el sesgo acomodaticio. El hecho de eliminar la referencia a ampliar su programa de compras de deuda tanto en volumen como en duración era algo que se esperaba, puesto que a estas alturas ya nadie esperaba que lo aumentarse. Precisamente en la anterior reunión éste fue uno de los temas de debate, según consta en las actas del BCE, pero finalmente optaron por mantener este compromiso por considerar "prematuro" el hecho de eliminarlo.

La retirada del conocido como 'easing bias' o 'sesgo de flexibilización' podría estimular más aún la actual fortaleza del euro, que desde en las últimas jornadas ha merodeado los 1,24 dólares por la amenaza de una guerra comercial con Estados Unidos. En sus primeros cambios tras conocerse el comunicado del BCE ha experimentado un leve repute hasta los 1,242 dólares, desde los 1,238 dólares previos. Un euro fuerte presiona la inflación a la baja al abaratar las importaciones. Mario Draghi, el presidente del BCE, ha reconocido que "vigilará cualquier acontecimiento en el mercado cambiario":

Pese a esa modificación en su discurso, se mantienen intactas sus compras de deuda, que continuarán a un ritmo de 30.000 millones de euros al mes hasta finales de septiembre. Algo que tampoco cambia es la vinculación de la inflación con la continuación del QE, ya que el órgano rector indica que las compras de deuda continuarán "hasta el final de septiembre de 2018 o hasta una fecha posterior si fuera necesario y, en todo caso, hasta que el Consejo de Gobierno observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación".

En lo referente a su política monetaria convencional tampoco hay cambios. Se mantendrá intacta, lo que implica que seguirá con los tipos de interés en el mínimo histórico del 0% (el nivel en el que llevan anclados desde el 16 de marzo de 2016) y la tasa de depósito continuará penalizándola con un -0,4%.

Mario Draghi ha señalado que en la reunión del Consejo de Gobierno apenas se debatieron otros cambios posibles relativos a su política monetaria no convencional. El italiano ha asegurado que la política del organismo que preside seguirá siendo reactiva, pero que todavía no se puede cantar victoria, puesto que "es necesario un amplio grado de estímulo monetario".

Eleva sus previsiones macro para este año

Pese a la baja inflación de la zona euro, el crecimiento económico es boyante y lo coherente es ir de forma progresiva hacia la normalización monetaria. Precisamente hoy, como cada tres meses, el organismo monetario ha revisado sus previsiones de PIB y de IPC a tres años vista. Tan sólo elevado una décima al alza el crecimiento de la eurozona para este año y ha rebajado una décima las previsiones de inflación para 2019, hasta el 1,4%.

En concreto, ha vuelto a elevar por segunda vez consecutiva las previsiones de crecimiento para este año, hasta el 2,4%, desde el 2,3% previo, pero ha dejado intactas su anteriores proyecciones de crecer un 1,9% en 2019 y un 1,7% en 2020. Respecto a la inflación sus nuevas previsiones pasan de alcanzar el 1,4% este ejercicio, el 1,4% en 2019 y el 1,7% en 2020. Estas nuevas previsiones sobre el IPC tan sólo suponen bajar una décima su anterior pronóstico del 1,5% previsto para el próximo ejercicio. El presidente de la entidad monetaria ha reconocido que la inflación es tenue pero que este año podría oscilar cerca del 1,5%.

Riesgo del proteccionismo

Draghi ha matizado con estas previsiones que el crecimiento económico se expandirá a un ritmo más rápido de lo previsto anteriormente. Y ha hecho una mención a los riesgos para el crecimiento, que ha dicho están "equilibrados". En cualquier caso, ha apuntado que los riesgos a la baja están relacionados con factores globales y ha destacado el riesgo que supone para la economía el aumento del proteccionismo.

Y respecto al efecto inmediato de los aranceles que pretende imponer Estados Unidos ha asegurado que "no será grande". En ese sentido, ha asegurado que está convencido de que las disputas comerciales se deben resolver dentro un marco multilateral y ha reconocido que existe una preocupación sobre el estado de las relaciones internacionales.

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