EE.UU.

El conflicto fiscal al que se enfrentará Coca-Cola en EE.UU. por impuestos retrasados

Gráfico LR

La multinacional de las bebidas, según Financial Times, ocultó “niveles astronómicos” de ganancias y debería US$16.000 millones en impuestos atrasados

Joaquín Mauricio López Bejarano

El gigante de las bebidas, Coca-Cola, está en frente de uno de los mayores problemas por pago de impuestos en el mundo. Así lo reveló el Financial Times, esta semana, en una investigación en la que dicen que, la multinacional habría dejado de pagar ganancias “astronómicas” en ciertos países, lo que hoy, le generó un inmenso hueco, el cual tiene que justificar con el fisco de Estados Unidos.

“Una disputa que dura una década entre Coca-Cola y las autoridades fiscales de Estados Unidos se ha intensificado hasta el punto de que la compañía podría deber US$16.000 millones en impuestos atrasados, suficiente para eliminar un año y medio de ganancias, y la cifra aumenta en más de US$1.000 millones”, según publicó el artículo escrito por los investigadores, Stephen Foley y Gregory Meyer.

¿Cómo se llegó a esto?

La publicación afirmó que: “el fabricante de refrescos ha estado ocultando ‘niveles astronómicos’ de ganancias en países con bajos impuestos, incluida Irlanda, para protegerse del Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos, según una sentencia judicial contundente, contra la que la empresa planea apelar a finales de este año. Los crecientes riesgos sólo han sido visibles en la letra pequeña de los documentos regulatorios de Coca-Cola en los últimos años, gracias a una peculiaridad de las reglas contables”.

Además, en el Financial Times encontraron que, “tras la última de una serie de cuatro años de decisiones de tribunales fiscales la semana pasada, Coca-Cola tendrá que desembolsar en breve una suma inicial de US$46.000 millones en efectivo para cubrir los impuestos y los intereses no pagados correspondientes a los años 2007 a 2009. Pero ni esa suma, ni los US$10.000 millones que podría deber por los 15 años siguientes, se reflejarán en un impacto en sus ganancias en el corto plazo”.

Se lee que mientras la empresa con sede en Atlanta “y su auditor de larga data, EY, estén de acuerdo en que hay una probabilidad de más del 50-50 de que Coca-Cola gane en la apelación, los pagos no tienen que pasar por su cuenta de ganancias y pérdidas”.

El análisis deja ver que si Coca-Cola ha calculado mal sus posibilidades de ganar, una pérdida no sólo borraría el último año y medio de ingresos netos; el Internal Revenue Service, IRS por sus siglas en inglés, podría imponer una factura fiscal estadounidense más alta durante los próximos años, añadiendo 3,5 puntos porcentuales a una tasa impositiva global que fue del 17,4% el año pasado, según la estimación de la empresa”.

Millonaria disputa

Los autores plantean que también hay mucho en juego para el gobierno estadounidense. “Los US$16.000 millones podrían cubrir el presupuesto del IRS durante un año, y el impasse con Coca-Cola es una prueba de la capacidad de la agencia para perseguir casos complicados en un momento en que ha prometido adoptar medidas duras contra la evasión fiscal corporativa”.

En el artículo se cita a Alex Martin, especialista en precios de transferencia del grupo de asesoría fiscal Kbkg, quien aseguró que otras empresas estaban observando de cerca la situación. “Esta decisión podría servir de modelo para que el IRS audite a otras empresas estadounidenses con filiales rentables”.

Zonas implicadas

La disputa se centra en las filiales de Coca-Cola en Irlanda, Brasil, Esuatini (en África meridional) y otros cuatro países que fabrican insumos, el jarabe que se mezcla con agua carbonatada para elaborar bebidas como Coca-Cola, Fanta y Sprite. Las filiales se encuentran entre la empresa matriz estadounidense, propietaria de las marcas, y las empresas embotelladoras que elaboran el producto final.

Argumentos de EE.UU.

El tribunal fiscal estadounidense, plantea que, determinó que la empresa trasladaba sistemáticamente la producción de concentrado a países con tipos impositivos favorables.

La filial en Irlanda, que tenía un tipo impositivo de tan solo 1,4%, en un momento dado realizó envíos a embotelladores en 90 países. Esta habría sido la estrategia de la multinacional para eludir las obligaciones.

¿Qué dice Coca-Cola?

John Murphy, director financiero de Coca-Cola a nivel global, le dijo al Financial Times que la evaluación había sido aprobada por sus asesores.

“Contamos con asesores externos que, cada trimestre, han seguido evaluando el caso sobre la base de los hechos que tienen a su disposición y siguen ofreciendo una opinión que nos da más posibilidades que ninguna de prevalecer”, afirmó. “Y luego EY hará su propia evaluación independiente para estar conforme con esa opinión”.

El artículo finaliza explicando que el próximo pago de US$6.000 millones “no afectaría por el momento” la cuenta de pérdidas y ganancias debido a la confianza de la compañía en ganar, de acuerdo con Murphy, añadiendo que el dinero “regresará” si Coca-Cola gana en la apelación.

“Sin embargo, el desembolso de efectivo afectará el balance de Coca-Cola, lo que limitará la capacidad para realizar grandes adquisiciones o recompras de acciones. El cheque al IRS será equivalente a lo que la empresa entregue en dividendos a los accionistas en un año y medio”.

De hecho, en mayo, la empresa recaudó US$4.000 millones en nueva deuda para ayudar a cubrir las facturas que vencen. En la conferencia telefónica sobre los resultados de Coca-Cola del mes pasado, Murphy respondió al FT que, están preparados para las citaciones que vengan.

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