Globoeconomía

El desempleo juvenil en España irrumpe en las elecciones alemanas

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El exorbitante desempleo juvenil en España, Grecia y otros países en crisis ha irrumpido en la precampaña electoral alemana, donde la canciller Angela Merkel y la oposición lanzaron esta semana sus propuestas para tratar de ser parte de la solución.

La debacle laboral y social en el sur de Europa es uno de los temas candentes de contienda política alemana, lejos del desinterés que generaban tradicionalmente los asuntos europeos, porque tanto la ciudadanía como los políticos lo perciben cada vez más como un problema propio.
La canciller y candidata cristianodemócrata a la reelección el próximo 22 de septiembre escenificó el pasado miércoles la reorientación de su estrategia contra la crisis al escribir en lo más alto de la agenda, junto a la consabida austeridad, la batalla contra el desempleo.
Con gran fasto mediático acogió una cumbre sobre el empleo a la que acudieron 18 jefes de Estado y Gobierno, entre ellos el presidente español, Mariano Rajoy, y que más que medidas concretas -o más dinero sobre la mesa- quiso dejar a las claras el cambio de postura de la mujer más poderosa de Europa.
De forma paralela, los socialdemócratas del SPD -el mayor partido de la oposición- organizaron a través de la fundación Friedrich Ebert un congreso bajo el título "¿Cómo salvar a una generación perdida? Una agenda europea contra el desempleo juvenil".
La cita, en la que unos 150 jóvenes de toda Europa -entre ellos una veintena de españoles- expusieron sus inquietudes y sus propuestas contra el paro a los socialdemócratas alemanes, sirvió también de amplificador de la sensibilidad del SPD con la situación en los países en crisis.
Su candidato a la Cancillería, Peer Steinbrück, que considera los €6.000 millones comunitarios para combatir el paro una "dosis homeopática" contra esta lacra, abogó por invertir a nivel europeo "€20 o €21.000 millones" en crecimiento y empleo.
Los gestos -que por el momento son solamente eso- de la canciller y la oposición no sólo van destinados a los gobiernos y ciudadanos de la Unión Europea (UE), donde en gran medida se estima que la voluntad de Alemania es determinante para el rumbo del bloque, sino también a su público nacional.
En la primera economía europea se siente de forma cada vez más evidente la crisis y, aunque por el momento no afecta a un mercado laboral en mínimos de desempleo, sí que ha ralentizado notablemente el crecimiento.
Alemania rozó la recesión en el primer trimestre, al crecer apenas un 0,1 % en términos interanuales tras la contracción del 0,7% de los tres últimos meses de 2012.
Recesión y estallidos sociales
Las dos mayores formaciones se temen un estallido social en las economías europeas más laceradas por la crisis y los recortes sociales aplicados en nombre de la austeridad alemana, algo que tendría graves repercusiones trasnacionales a nivel político y comercial.
Además, los alemanes siguen, entre la preocupación y el escepticismo, cómo en las manifestaciones y protestas en el sur de Europa se critica abiertamente a su país y se llega a comparar a Merkel con Hitler.
El evidente trasfondo electoral de la súbita preocupación de los políticos alemanes por el desempleo en el sur de Europa ha sido criticado por distintos observadores.
El presidente de la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB), Michael Sommer, tachó la cumbre sobre el empleo de acto "para la galería" y la propia canciller fue preguntada por un periodista alemán si la cita no había sido "un show".
Merkel recurrió a uno de sus mantras -"A Alemania sólo le irá bien, si a Europa le va bien"- y recordó la solidaridad de Berlín y su implicación financiera, pero reconoció que el encuentro era un "punto de partida".
No obstante, descartó nuevos fondos para combatir el desempleo y recalcó que la responsabilidad principal en este ámbito está -y debe seguir- en el ámbito nacional.