El deterioro de la calidad crediticia de las empresas dispara la alerta ante una próxima crisis
viernes, 14 de septiembre de 2018
Una de cada tres firmas europeas tiene su ráting cerca del bono basura. España es uno de los países con menos amenazas de rebajas en las calificaciones
Expansión - Madrid
La era de la financiación ultrabarata y los inversores con los bolsillos rebosantes de liquidez más que dispuesta a ser prestada han permitido a las empresas vivir una época dorada de dinero fácil y barato. Pero esta cara tiene su cruz: el excesivo endeudamiento. Y un peligro: las consecuencias cuando el ciclo se dé la vuelta.
«El endeudamiento corporativo ha escalado en los últimos 10 años, ya que las compañías han sacado provecho de los bajos costes de financiación», constata Moody's en un informe reciente. Y eso hace vulnerables tanto a los países donde están las empresas como a las propias firmas.
«La vulnerabilidad de la deuda corporativa ha crecido desde 2007 en varios países, porque el mayor endeudamiento y una menor capacidad de pago de la deuda dejan a las compañías expuestas a la subida de tipos global», añade la agencia de ráting, en otro documento. A la vez, «según se endurecen las condiciones de financiación, los problemas financieros en algunas partes del sector corporativo tienen el potencial de pesar sobre la calidad crediticia de los países», señala.
La parte positiva es que las agencias de ráting creen que el escenario para las empresas todavía es favorable. La mala, que «las nubes de tormenta se están acumulando en el medio plazo», explica Moody's. «La distribución de los ráting se ha deteriorado desde la crisis financiera global, allanando el camino para que crezcan los impagos cuando el ciclo crediticio cambie».
Al borde del precipicio
Los datos de Standard & Poor's (S&P) lo confirman. De todas las empresas que la agencia de ráting cubre en Europa, casi una de cada tres están en el territorio de BBB (entre BBB+ y BBB-), lo que significa que cualquier problema financiero que tengan las acerca mucho al precipicio del bono basura, que comienza en BB+.
Por encima de la cota del aprobado que marca la BBB solo están el 21,5% de los rátings corporativos y la gran mayoría (el 17,9%) con una calificación de A, que sería equivalente al notable. En sobresaliente (AA) solo están el 3,5% de las empresas europeas y en la matrícula de honor (la apreciada triple A), un más que tímido 0,1%.
Eso significa que el 48,3% de las empresas europeas suspenden en materia de ráting, según el juicio de S&P, y están en alguno de los estratos del bono basura, con más del 30% de ellas en las zonas consideradas como «altamente especulativas», «con riesgo sustancial» o «extremadamente especulativas».
Fortaleza española
En este repaso global al riesgo, España sabe bien parada. Entre los grandes países europeos, solo está por detrás de Suecia en la estabilidad de la calificación crediticia de sus empresas, según el ránking de S&P. Es el segundo país con un menor número de perspectivas negativas en sus calificaciones, con cerca de un 6% del total, lo que reduce la amenaza de rebajas de ráting.
A cambio, cerca de un 75% tienen una perspectiva estable en su nota y un 20% pueden beneficiarse de una subida de ráting en el corto plazo si la situación económica y financiera en España no da ningún susto. Entre los países europeos con más de 20 empresas calificadas (lo que elimina los más pequeños) no hay ningún otro que tenga un porcentaje superior de perspectivas positivas en sus compañías.
Moody's también reconoce el esfuerzo de las empresas nacionales. «La deuda corporativa ha subido en bastantes mercados desarrollados, aunque ha habido un desapalancamiento en algunos de los países más afectados por la crisis de la deuda de la zona euro, como Italia, Portugal y España», destaca la agencia.