El efecto en la economía de México que dejó el temblor de septiembre
domingo, 22 de octubre de 2017
Algunos análisis proyectan una reducción de alrededor de 0,35% al estimado del crecimiento del tercer trimestre del año, que es de 2%
El Economista - Ciudad de México
El sismo del 19 de septiembre en México trastocó cientos, quizá miles, de inmuebles tanto habitacionales como de servicios y comerciales, afectó vías de comunicación, dañó drenajes y sistemas de distribución de agua potable, estropeó redes de telecomunicaciones y eléctricas pero, sobre todo, causó pérdidas humanas, desconfiguró familias y obligó a una muy buena parte de la sociedad mexicana a replantearse un modo de vida distinto.
A sólo unas semanas de ocurrido el sismo es poco lo que todavía se puede decir sobre el impacto en términos precisos. No obstante, algunos análisis proyectan una reducción de alrededor de 0,35% al estimado del crecimiento del tercer trimestre del año, que es de 2% (Citibanamex).
Para todo el año, el efecto negativo en la tasa de crecimiento, también de 2%, sería de -0,1%. Proyecciones más pesimistas ubican la afectación en el crecimiento anual por hasta -0,3% del PIB (IHS Markit).
Así, y a juzgar por las cifras, el impacto sería moderado, sobre todo si se le compara con el que tuvo el sismo de 1985 de entre 2,1 y 2,4% del PIB (Comisión Económica y para América Latina y el Caribe, CEPAL). La calificadora Moody’s, incluso, sostuvo que el daño podría no llegar a afectar el desempeño de la actividad económica en lo que resta del año, por lo que decidió mantener sus proyecciones de crecimiento para el 2017 y el 2018.
Si bien el tipo de cambio no sufrió afectación significativa alguna (al menos no directamente por el sismo), otras variables, como las exportaciones, podrían no verse afectadas. En cambio, la producción agrícola en los estados afectados (la Ciudad de México, el Estado de México, Puebla y Morelos) sí podría verse afectada temporalmente, como resultado del ajuste de los días laborales.