Reino Unido

El FMI advierte que los británicos ricos deben pagar por el Sistema Nacional de Salud

Bloomberg

FMI instó al Reino Unido a considerar cobros en el NHS para los más ricos y revisar las pensiones ante crecientes presiones fiscales

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El Reino Unido debería considerar cobrar a la gente rica por el acceso a su Servicio Nacional de Salud para ayudar a equilibrar las finanzas públicas, afirmó el Fondo Monetario Internacional.

“Se necesitarán tomar decisiones fiscales difíciles” durante las próximas dos décadas a medida que las presiones del gasto se acumulan debido al envejecimiento de la población, advirtió el Fondo en la publicación final de su control anual del Artículo IV sobre la economía.

También dijo que el Reino Unido podría necesitar restringir sus crecientes costos de pensiones estatales. “A menos que las autoridades revisen su compromiso de no aumentar los impuestos a los trabajadores, será necesario priorizar aún más el gasto”, afirmó. “El triple bloqueo podría sustituirse por una política de indexación de la pensión estatal al coste de la vida. El acceso a los servicios públicos también podría depender más de la capacidad de pago de cada persona, con cargos que se apliquen a los usuarios con mayores ingresos, como los copagos de los servicios de salud”.

El llamado triple bloqueo del Reino Unido garantiza que las pensiones estatales aumenten según el mayor porcentaje entre la inflación y los ingresos promedio de 2,5%. Ha recibido críticas por la carga fiscal que impone al erario público, pero sigue siendo lo suficientemente popular como para estar protegido por sucesivas administraciones conservadoras y laboristas. En mayor medida aún, la atención médica gratuita en el punto de uso es un principio político sólido en el Reino Unido.

El análisis del FMI llega poco después de que la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del Reino Unido hiciera una advertencia similar sobre la insostenible trayectoria a largo plazo de las finanzas públicas. La presión del gasto aumenta, pero el gobierno tiene dificultades para subir los impuestos, que ya se encuentran en su nivel más alto desde la posguerra, o recortar las prestaciones sociales.

El informe elogió al gobierno del Reino Unido por su intento de reformar los pagos de asistencia social, pero estos planes, originalmente destinados a recortar US$6,7 mil millones de costos, fueron descartados a principios de este mes después de una rebelión de los miembros laboristas del Parlamento.

Se espera que el proyecto de ley sobre prestaciones de salud y discapacidad alcance los US$128.000 millones a finales de la década, y el triple bloqueo costará US$19.840 millones al año, el triple de la estimación original, según el organismo de control presupuestario del gobierno.

La Ministra de Hacienda, Rachel Reeves, tendrá que abordar estas "decisiones difíciles" y ya se enfrenta a un "espacio fiscal limitado", según el FMI. Se encuentra bajo presión inmediata para encontrar nuevos ahorros antes del presupuesto de otoño de este año, ya que el aumento de los costes de financiación, la rebelión contra el bienestar y una posible rebaja del crecimiento ponen en peligro sus normas fiscales.

La tarea se complica por el débil crecimiento, y el FMI advierte de "retos significativos" para la agenda de crecimiento e inversión del gobierno ante las crecientes tensiones comerciales globales. El FMI apoyó el presupuesto de Reeves en octubre pasado, afirmando que impulsaba el crecimiento y elogiando las "reformas audaces" de los ministros. Sin embargo, mantuvo su pronóstico de crecimiento sin cambios en 1,2% para este año y 1,4% para 2026.

Reeves podría aliviar parte de la presión fiscal aumentando su colchón de reservas desde su nivel históricamente bajo de US$12.672 millones, sugirió el FMI. Como alternativa, podría adoptar un sistema en el que la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria evalúe el cumplimiento de sus normas solo una vez al año, mientras que se siguen elaborando dos previsiones anuales.

El Instituto de Estudios Fiscales rechazó a principios de esta semana la segunda propuesta, argumentando que el gobierno debería, en su lugar, presentar los planes existentes para permitir que las normas se incumplan en 0,5% del PIB a partir de la primavera de 2027. Los objetivos fiscales específicos deberían seguir siendo vinculantes en el presupuesto anual de otoño. Esto pondría fin al actual "mal equilibrio", que genera volatilidad en las políticas y socava los esfuerzos por acelerar el crecimiento.

Los riesgos para el crecimiento se inclinan a la baja, ya que las restricciones financieras y el aumento de las tasas de ahorro de los hogares podrían obstaculizar el repunte del consumo privado y ralentizar la recuperación, advirtió. La persistente incertidumbre sobre el comercio mundial también podría lastrar el crecimiento del Reino Unido.

Añadió que, tras debilitarse en el segundo semestre de 2024, se espera que el crecimiento se recupere moderadamente a lo largo de 2025 y cobre impulso en 2026. Estimó la tasa de crecimiento subyacente en 1,4%.

Reeves acogió con satisfacción el informe, que, según afirmó, "confirma que las decisiones que hemos tomado han asegurado que la recuperación económica de Gran Bretaña esté en marcha y que nuestros planes abordarán los profundos desafíos económicos que heredamos. Nuestras normas fiscales nos permiten afrontar estos desafíos invirtiendo en la renovación de Gran Bretaña".

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