El gas, la carta de Rusia para presionar a Europa en tensiones con Ucrania
jueves, 27 de enero de 2022
Rusia exporta 85% de su gas a Europa, lo que representa un tercio de los suministros del combustible que hay en el viejo continente
La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas.
Rusia es una de las principales potencias en la producción de gas a nivel mundial, y Europa depende en gran medida de la producción de este país para su suministro; especialmente en la actualidad, cuando el viejo continente viene luchando con una escasez energética.
Relacionado con esto, mientras EE.UU. promueve una postura más agresiva y de pulso militar, los líderes europeos apelan por mantener la búsqueda de resolución del conflicto en el terreno de la diplomacia.
“La región ya está lidiando con un balance de gas extremadamente ajustado. Por lo tanto, cualquier reducción adicional en los flujos de gas ruso a la región dejaría vulnerable al mercado europeo”, explica Warren Patterson, estratega jefe de materias primas de ING. Agrega que “a medida que aumentan las tensiones entre Rusia y Ucrania, también aumenta el riesgo de que se extienda a los mercados mundiales de materias primas. Un conflicto contra las dos naciones o duras sanciones contra Rusia tiene el potencial de endurecer significativamente los mercados de commodities”.
Según explica Patterson, Rusia es el principal proveedor de gas natural de Europa, en lo que representa entre 40% y 50% de las importaciones europeas de gas. El suministro del combustible llega al viejo continente a través de varios gasoductos, como el Yamal-Europa, que pasa por Bielorrusia, los gasoductos Nord Stream y TurkStream; también ductos clave que atraviesan Ucrania y que representan 3,8% del PIB del país al cobrarle a Rusia el tránsito del combustible, según explicó la experta en Europa del Este del Real Instituto Elcano, Mira Milosevich, al medio español Newtral.
Adicionalmente, existe el proyecto de Nord Stream 2, que conecta directamente a Rusia con Alemania a través del mar Báltico, sin necesidad de pasar por Ucrania. Aunque el gasoducto ya se encuentra listo para operar, no ha recibido aún el aval regulatorio de Alemania, entre otras razones, por presiones de Estados Unidos, ya que el proyecto podría crear más dependencia de Europa al gas ruso y afectar las finanzas de Ucrania, al no ser necesario el tránsito por ese país.
Estados Unidos y Alemania firmaron un documento conjunto en el que amenazaron al Kremlin de tomar medidas y sanciones si usa su enorme producción de gas como un arma política a su favor.
Por ahora, el mercado energético ya viene reaccionando a esta tensión y llevó al petróleo Brent a tocar los US$90. Según Edward Moya, analista senior de mercados en Oanda, la volatilidad del crudo seguirá siendo muy sensible en el corto plazo. “Ya se venía gestando una crisis energética mundial antes de que crecieran las tensiones entre Ucrania y Rusia. Los inventarios mundiales son bajos. La situación en Ucrania es un evento de gran riesgo, pero es clave que los flujos de petróleo y gas no se interrumpan, ya que ese sí sería un escenario de grandes pérdidas para Europa y, en especial, Rusia”, señaló Moya.
Detrás del pulso entre Occidente y Rusia por el control, en la disputa por Ucrania también juegan intereses económicos.
Polonia y Rumania, puntos clave para Otan
Luego de que Rusia posicionara alrededor de 100.000 soldados y equipos militares a lo largo de su frontera con Ucrania, el nerviosismo mundial aumentó. El Kremlim se opone a que este territorio forme parte de la Otan, lo cual ve como una amenaza a su control en la zona. Una de las respuestas del presidente Joe Biden a la movilización de tropas rusas fue anunciar que reforzaría las defensas de la Otan en Polonia y Rumania. También contempla sanciones financieras y controles de exportación que impidan el acceso de Rusia a tecnología estadounidense.