El presidente Milei lleva Argentina a Silicon Valley tras los reveses sufridos en su país

El presidente Javier Milei planteará esta semana en California a Apple Inc., Alphabet Inc. y Meta Platforms Inc. la inversión en Argentina, aprovechando una ola de reconocimiento internacional sin precedentes en un intento de fortalecer su fuerza política en el país.

Las reuniones del economista libertario con Tim Cook, Sundar Pichai y Mark Zuckerberg durante una ventana de 36 horas estarían en la lista de deseos de casi cualquier líder. Pero son especialmente bienvenidas para Milei, que necesita urgentemente inversión extranjera para ayudar a dar la vuelta a una economía que lucha contra una inflación anual cercana al 300% y una recesión que empeora. Además, se trata de una tarjeta de baile de primera fila que ninguno de sus predecesores recientes pudo conseguir, lo que elevará su perfil en el país.

"La personalidad de Milei y sus ideas radicales están suscitando un inusitado interés inversor en Argentina, en casi todos los sectores", afirma Marcelo García, director para las Américas de la firma de riesgo geopolítico Horizon Engage. "Su reto ahora es convertir las sesiones de fotos en inversiones concretas en el país".

El optimismo en torno al viaje a la Costa Oeste contrasta con los contratiempos internos de Milei. Despidió a su jefe de gabinete el lunes, cuando llevaba menos de seis meses en el cargo, aún no ha eliminado los controles de divisas y la semana pasada incumplió un plazo autoimpuesto para conseguir la aprobación de su proyecto legislativo estrella. El proyecto de ley contiene una serie de medidas desreguladoras y favorables a las empresas para atraer inversiones de Silicon Valley y, si se aprueba, servirá de modelo para que Milei trabaje con un Congreso adverso.

No obstante, el Presidente ha mantenido altos índices de aprobación en Argentina, a pesar de sus duras medidas de austeridad y su actitud de confrontación con el Congreso, al que tacha de "nido de ratas". De momento, está cumpliendo su principal promesa de frenar el desbocado aumento de los precios, con una inflación mensual prevista en torno al 5% en mayo, frente al máximo del 26% alcanzado en diciembre, cuando asumió el cargo.