Globoeconomía

El punto en común de las fusiones de las empresas Sabadell-TSB y Heinz-Kraft

Expansión - Madrid

TSB empezó a cotizar en Londres hace ocho meses, agrupando 630 sucursales bancarias en Reino Unido que Lloyd’s debía vender por exigencias regulatorias. Kraft es una empresa de alimentación concentrada en el mercado de Estados Unidos desde que se separó de Mondelez International en octubre de 2012.

El destino de TSB y Kraft es similar al de otras firmas que nacieron por la amputación de parte del negocio de un conglomerado. El productor de café DE Master Blenders fue adquirido en 2013 por John A. Benckiser, un año después de escindirse de Sara Lee. La división de cable de Time Warner, separada como sociedad cotizada independiente desde 2009, está en proceso de integración con Comcast. La tabaquera Lorillard, que se dividió del grupo Loews en 2008, ha acordado unirse a su competidor Reynolds.

Según un estudio de The Edge Consulting, 30% de las empresas segregadas son objeto de una adquisición en los dos primeros años de vida independiente en bolsa. Deutsche Bank indica que, desde 2003, este tipo de compañías ha generado una rentabilidad anual de 17%, gracias en buena parte a la aparición de opas con generosos precios.

Habitualmente, son firmas atractivas para los compradores al tener un tamaño asequible y contar con activos concentrados en un mercado. Una vez en Bolsa, los potenciales interesados se animan a comprar al tener más visibilidad sobre la trayectoria operativa y la valoración de la nueva empresa.

Los vendedores separan esos negocios porque no los pueden gestionar de forma eficaz u operan en mercados donde no tienen escala para competir.

Deloitte dice que es una tendencia en auge. Según esa consultora, 44 grupos con un valor bursátil de US$664.000 millones  iniciaron procesos de escisión de parte de sus activos el año pasado. En 2015, la cifra podría llegar a los US$775.000 millones.

Los grupos que han anunciado segregaciones en el último año han subido 4% más que el resto de la bolsa en las dos primeras semanas. Este  beneficio hace que fondos de inversión pidan a muchas de sus participadas que acometan la maniobra.