Hacienda

El rey Carlos III estará exento de pagar el gravamen del 40%, siendo más de £325.000

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El Gobierno de John Major, en 1993, acordó esta normativa para cualquier herencia que se transmitiera "de soberano a soberano"

Expansión - Madrid

En 1993 el Gobierno de John Major acordó que cualquier herencia que se transmitiera "de soberano a soberano" estaría exenta de pagar el gravamen del 40% aplicado a los activos valorados en más de £325.000 (€374.660). Esta norma fue consolidada en 2013 en un memorando sobre fiscalidad real firmado por el Gobierno británico con la Casa Real, siendo primer ministro el conservador David Cameron. Por ello, Carlos III se va a librar de pagar impuestos al recibir el abultado patrimonio que le deja su progenitora Isabel II.

El patrimonio de la corona inglesa tiene un valor aproximado de £15.200 millones (más de €17.500 millones). Este patrimonio incluye, por ejemplo, los archivos reales y la colección real de pinturas. Eso sí, la ley establece que el Rey no puede vender ninguno de estos activos.

Además, Carlos III también recibirá el patrimonio privado de su madre que, según la revista Forbes, podría ascender a unos US$500 millones (cerca de €500 millones). Entre las posesiones que se incluyen en esta parte de la herencia se encuentra, por ejemplo, las tierras y propiedades del Ducado de Lancaster o los 70 millones en joyas y arte heredados de la Reina Madre (fallecida en 2002).

Por estos bienes privados, el Rey de Inglaterra tampoco deberá pagar el Impuesto de Sucesiones. El argumento que esgrime la norma, según recoge The Guardian, es que se trata de preservar "un grado de independencia financiera del gobierno de turno" y que la Corona tenga los recursos suficientes para su sustento.

Este privilegio fiscal sólo se aplica, eso sí, en las herencias entre soberanos, el resto de la familia real si recibe algo de la herencia de Isabel II deberá tributar por ello.

Por otra parte, es de esperar que Carlos III continúe con la costumbre de pagar el Impuesto sobre la Renta, que inició su madre en 1992 tras la polémica desatada sobre el coste de la Corona y quién debía hacerse cargo en ese momento de sufragar la remodelación del Castillo de Windsor tras sufrir un gran incendio.

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